La seguridad pública es un tema que apasiona a Maximiliano Pullaro. Dice que ser ministro del área, durante la gestión de Miguel Lifschitz, le gustó tanto como ser ahora gobernador. De hecho, durante la entrevista con Rosario3 contó que lo primero que hace al despertarse es interiorizarse sobre los hechos delictivos que pudieron haberse producido durante la noche. Luego sigue la situación en tiempo real y, si algo le parece que requiere de su atención personal, suspende lo que esté haciendo para ocuparse.

A tal punto llega el espacio que la cuestión ocupa en su cabeza que no espera la pregunta: es él mismo quien la introduce en la charla, luego de responder sobre el futuro político de Provincias Unidas.

“Estaba pensando mientras le contestaba que todavía no hablamos de seguridad pública. Pero antes, hace dos años, ¿cuál hubiese sido la primera pregunta? Qué bárbaro. El otro día también me pasó, cuando estábamos en la inauguración del aeropuerto. La gente estaba contenta y yo decía: hace dos años no podíamos salir a la calle”, dice, con tono de satisfacción.

La agenda, por supuesto, es móvil. Se corre. Si a nivel baja la inflación, el foco de preocupación ciudadana y el interés periodístico se desplazan hacia otros temas, como el desempleo, la caída del poder adquisitivo del salario o la corrupción. A nivel provincial ocurre lo mismo con la mejora en materia de seguridad pública, y también es lógico que un gobernante quiera hablar de lo que entiende que es su mayor logro.

Pullaro sostiene que la seguridad seguirá siendo el eje central de su gestión y afirma que ningún mandatario provincial le dedicó tanto tiempo y recursos como él. Asegura, además, que en la calle recibe un mensaje reiterado: agradecimiento.

Pero aclara que ese cambio no implica dar el problema por resuelto. “La violencia y el delito están contenidos, no extirpados”, advierte, y marca un límite a cualquier lectura triunfalista. La diferencia, explica, es que empezó a reaparecer una idea de normalidad: “La gente vuelve a disfrutar del espacio público, a ir a espectáculos, a recuperar el orgullo de vivir en Rosario”.

La confianza del gobernador se apoya, según explica, en la persistencia de los resultados y en un involucramiento personal que no delega. “Muchas veces suspendo las actividades que tengo y bajo al nivel operativo”, afirma.

En esa línea, Pullaro asegura que, más allá de que ya no es el ministro del área, su foco en la seguridad no cambió, aunque marca una diferencia clara: hoy tiene la “botonera”. “Le dedico mucho tiempo a la seguridad pública y no escatimo en inversiones”, remarca.

Al comparar con gestiones anteriores, afirma que le da más importancia al tema que cualquier otro gobernador. “Estoy asociado al sistema de estadística en tiempo real y arranco el día viendo en mi celular lo que va pasando en la provincia”, explica.

En cuanto al estado del plan integral, precisa que hoy se encuentra “al 40 o 50 por ciento” de su implementación. Enumeró como logros el ordenamiento de la Policía y del Servicio Penitenciario, la sanción de normas que cambiaron la forma de trabajo y la multiplicación por diez del patrullaje preventivo. También destaca el trabajo coordinado con los fiscales, que permitió mejorar de manera significativa el esclarecimiento de hechos delictivos.

La próxima etapa, señala, estará marcada por una fuerte inversión tecnológica. Entre los ejes centrales ubicó al sistema Lince, una herramienta de origen israelí adaptada a las necesidades locales. “Es impresionante porque aclara los hechos en tiempo real”, afirma. Según detalló, el sistema puede procesar 500 horas de video en apenas media hora, demandó una inversión de 80 millones de dólares y hoy funciona al 40 o 50 por ciento. En febrero, anticipa, estará operativo al 100 por ciento y podrá integrarse con cámaras privadas, lo que —sostuvo— hará muy difícil que un hecho “se termine escapando”.

Pullaro también destaca el acompañamiento del gobierno nacional en materia de seguridad y valora especialmente a la ministra Patricia Bullrich, a Alejandra Monteoliva y a Federico Angelini, a quienes reconoce por haber estado presentes “en los momentos más difíciles” que atravesó la provincia. Si bien asegura que el vínculo con Nación es bueno en todas las áreas, aclaró que en seguridad existe además una coincidencia ideológica. “Nosotros somos más duros y tenemos leyes más duras que las que hay en el orden nacional”, remarca.