“A mí me preocupa mucho, como ciudadano y psicólogo el nivel de impacto en la gente que tiene el tratamiento de la pandemia y la cuarentena en los medios masivos" fueron sus primeras palabras.

"El uso, a veces, sesgado, de las estadísticas y el énfasis sobre algunos aspectos del tema del virus; ha llevado a acuñar un neologismo: INFODEMIA. Ya que hay un exceso de información que es abrumador y que llega al nivel de saturación. La síntesis, parece, sería colocar al coronavirus como una amenaza de muerte.

Se ha llegado a un punto crucial en la sociedad; la que responde a la provocación de infundir el miedo, el que potencia la ansiedad en la población, sobre si uno puede contagiarse, qué puede pasarme; cuándo se terminará este estado de amenaza constante; con lo que la gente vive el momento con ansiedad persecutoria; agregando a esto la depresión que ocasiona el encierro.

Enfatizo que debemos tener bien en claro las medidas básicas de protección y acompañar a la gente a que las cumpla; como el lavado permanente de manos, el distanciamiento social; el uso del barbijo tal como corresponde.

Hoy los médicos nos informan que hay menos patologías respiratorias en relación a años anteriores, entre otras cosas por el uso del tapaboca y la disminución de los encuentros sociales; además de observar, como integrante de la sociedad, la responsabilidad de la higiene personal.

Pese a todas estas salvedades no encuentro razón a esta exageración en la forma de comunicar el estado del coronavirus.

A mí me interesa enfatizar que, cierto discurso de algunos medios y las intervenciones de funcionarios y líderes de opinión, afecta a una gran parte de la población que reacciona con trastornos psicosomáticos que vemos a diario en nuestros consultorios.

Por otro lado, la gente, por lo confuso de la comunicación deja de ir a sus consultas; muchas de estas personas sufren enfermedades crónicas no transmisibles que requieren de controles periódicos, los que, por miedo, los enfermos no respetan por temor de concurrir a los centros de salud.

Esta infodemia, es decir, el exceso de información que pone el acento en la muerte, genera la sensación de amenaza y hay muchas personas que pasan a ser víctimas de ellos; se sienten amenazadas.

Si bien cada muerte de un ser humano es, no sólo dolorosa sino algo irreparable; ya que considero a la vida como única e invalorable; pero, debemos ser cuidadosos en el modo que comunicamos la información del estado de salud de la población. Las estadísticas, muchas veces, lejos de ayudar a comprender, generan más incertidumbre, sobre todo si se las usa de modo capcioso; ya que éstas se leen de acuerdo a la intención de quien las hace.

Uno de los efectos notables es el que la gente no vaya al médico para tratarse sus enfermedades, por miedo a contagiarse y esto puede ser contraproducente. Todos sabemos que enfermos infectados con Covid se recuperan; todos tenemos casos de amigos y familiares; algunos, incluso, personas de la tercera edad que se recuperan. Pero para algunos medios, parece que sólo atrae audiencias y ventas contar los muertos a toda hora del día, sin medir las consecuencias de una comunicación con ese cariz.

Viendo que la solución es la vacuna y que ésta no estará a disposición de la gente hasta bien entrado el 2021, se deberían discutir aspectos del impacto de la cuarentena; al que vemos, en nuestros consultorios, presentados como enfermedades psicosomáticas y que afectan la vida de quienes las padecen.

No podemos vivir con restricciones y con amenazas durante tanto tiempo; hay que buscar una solución a este dilema que afecta la salud tanto como el virus. Me refiero a los padecimientos psicosomático.

Tenemos que reclamar aquello que nos permita “ejercer la vida”; volviendo a trabajar y a producir. Somos los ciudadanos los que podemos reaccionar de una manera creativa y saludable; sabiendo que deberemos convivir con el virus; con responsabilidad ciudadana y social”.

*Jorge Libman, psicólogo, especialista en psicología psicodinámica, matrícula 2231 Instituto Pinel, Alvear 1478, 3er Piso Rosario