La base de una rutina hace referencia a la actividad física que nos interesa hacer en nuestro día a día. Esto afecta a lo que nos movemos en nuestro trabajo, en nuestras actividades cotidianas, en los desplazamientos y en nuestro tiempo libre.

Pero parece oportuno incluir el estado de máxima inactividad, el sueño, en esta mención. Dormir al menos 7 horas todos los días no solo afecta muy favorablemente a nuestra salud por muchos motivos, también hará que nos recuperemos y asimilemos mejor nuestras sesiones de ejercicio.

En el segundo punto están las actividades aeróbicas propiamente dichas y que cumplen con la definición de ejercicio físico.

En este escalón encaja la recomendación del colegio americano de medicina deportiva y de la OMS de hacer 150-300 minutos de ejercicio de intensidad moderada o 75-150 minutos de ejercicio de alta intensidad semanales en un mínimo semanal de 3 días o una combinación de ambas intensidades y tiempos.

Determinados deportes de recreaciónson válidos para alcanzar estos objetivos (deportes como tenis o de equipo por ejemplo).

El tercer punto se refiere a los ejercicios generales de fortalecimiento muscular que se deben realizar al menos 2 días a la semana y que idealmente combinan ejercicios de flexibilidad.

Es punto máximo hace referencia a todas aquellas conductas que deberíamos evitar en la medida de lo posible y que, en conjunto, constituyen el estilo de vida sedentario.

Me levanto por la mañana, desayuno, me ducho y me visto. Me meto en el ascensor. Salgo en el garaje. Conduzco hasta el garaje del trabajo. Subo en ascensor a la oficina. Tecleo durante 8 horas para hacer el recorrido inverso hasta casa y enchufar la tele hasta la hora de la cena.

El fin de semana deporte (en la tele) y una escapadita al centro comercial.