La causa Malvinas es inmanente a todos los argentinos, vivan en el lugar que vivan. No sólo porque los excombatientes provienen de distintas provincias argentinas, sino porque la defensa de la soberanía en las islas del Atlántico Sur es, para muchos, irrenunciable, a pesar de los vaivenes políticos. La guerra de 1982 se cobró la vida de muchos compatriotas y cambió para siempre la de quienes sobrevivieron. Nadie salió indemne de Malvinas. Múltiples historias personales tomaron forma de libro y alguien decidió reunir la mayor cantidad posible de ejemplares para abrirlos a la comunidad, de forma gratuita. A 42 años de la guerra, se inauguró este sábado, la primera Biblioteca Especializada Malvinas Argentinas, en Santa Clara del Mar.

Jorge Gómez y Alejandra Díaz son vecinos de Santa Clara del Mar, la ciudad más poblada del partido de Mar Chiquita, en la Costa Atlántica Argentina. Comparten una vida en común, pero también los une un compromiso “por siempre” (como ellos mismos dicen) con la causa Malvinas. Ella es bibliotecaria y él se define como “militante malvinero”, y hace 42 años que llevan adelante un objetivo solidario: armar una biblioteca temática pública, que ahora, además, tiene sede propia.

Jorge Gómez recibe a estudiantes en la biblioteca.

¿Por qué Malvinas?

 

“Cuando los excombatientes regresaron al continente, después de la guerra, comenzó una etapa muy brava de desmalvinización pergeñada por el enemigo, el imperio colonialista, a la cual, mucha gente se plegó, lamentablemente. Tanto gran parte de la sociedad, como los sucesivos gobiernos, cayeron bajo esa especie de mandato y consciente o inconscientemete, lo cumplían” −relata Jorge, en diálogo con el programa A la Vuelta (Radio 2)− . Entre los veteranos hubo muchos suicidios y algunos empezaron a organizarse para ver cómo trataban de superar esa situación extrema: eran tratados como los locos de la guerra, no les daban trabajo, no tenían asistencia médica, después de haber vivido esa experiencia tan traumática”.

“Entonces, los veteranos publicaron un aviso en los diarios para que la gente se acercara y los ayudara a formar comisiones de cultura, de prensa y difusión y allí fuimos, junto a un grupo de gente, Alejandra y yo −cuenta Jorge que se solidarizó con la situación sin ser excombatiente−. Desde entonces, quedó ese compromiso. Lo que nos une a Malvinas es la militancia. No la militancia política partidista, sino una militacia malvinera, por el justo reclamo de soberanía territorial, por la gesta y por el esfuerzo realizado por nuestros soldados. Esa militancia lleva ya 42 años”.

Alejandra Díaz recibe a estudiantes que visitan la biblioteca.

El origen de la idea de “desmalvinización” a la que alude Jorge

 

El autor del concepto “desmalvinización” fue el politólogo y sociólogo francés Alain Rouquié, y fue utilizado por fuerzas políticas, autores, medios de comunicación y dirigentes que adhirieron a esa postura ideológica por diferentes razones.

El discurso desmalvinizador comenzó a instalarse luego de finalizada la guerra y fue instituyéndose como un discurso hegemónico, tendiendo a disolver el fervor patriótico y anticolonial en los sectores populares. Quienes reivindicaban Malvinas como una cuestión patriótica y de lucha anticolonial −separada de la dictadura− corrían el riesgo de ser considerados cómplices del terrorismo de Estado.

En una visita a la Argentina, Alain Rouquié afirmó que era “imprescindible desmalvinizar para consolidar la democracia" tras los años de dictadura militar. Rouquié consideraba que la causa nacional del reclamo de la soberanía de las Malvinas constituía “una grave amenaza para el orden institucional”, ya que podía ser capaz de movilizar a la población contra el “imperialismo anglo-yanqui”.

El reclamo por Malvinas permitía, según Rouquié, justificar la existencia y función de las fuerzas armadas. Creía que en los jóvenes con ese sentimiento patriota, podrían resurgir un populismo similar al peronismo de 1945. En consecuencia, se buscaba restablecer la normalidad de las relaciones con las grandes potencias y dejar de lado la guerra y sus efectos. Rouquié pedía que el objetivo principal de los gobiernos democráticos sea desmalvinizar, significando quitar la posibilidad de rehabilitación de las Fuerzas Armadas ante la sociedad.

En pos de la desmalvinización, los medios de comunicación se abstenían de mencionar la guerra, y los soldados que retornaron al territorio continental fueron totalmente ignorados por la sociedad. Eran considerados por el imaginario colectivo como simples “chicos de la guerra” y víctimas de la dictadura militar que gobernó Argentina en ese momento.

La "militancia malvinera" y la soberanía sobre las islas como motor del proyecto cultural.

El nacimiento de la colección

 

Volviendo al relato de Jorge y Alejandra, en 2002, cuando se cumplían los primeros veinte años de la guerra, viajaron por Córdoba, Mendoza y Buenos Aires, visitando bibliotecas y comprobaron que había muy poco material de Malvinas en todos esos lugares. “Y allí dijimos: «Por qué no hacemos nosotros una biblioteca especializada en Malvinas y el Atlántico Sur y tratamos de reunir la mayor cantidad posible de material bibliográfico que se refiere a este tema? Y así empezamos a reunir materiales de todas partes del país, a través de editoriales, historiadores, investigadores, plataformas de venta de libros usados, veteranos de guerra que vendían sus libros, etc. Y recién en estos últimos tres años nos abocamos a darle el espacio propio, una sede física a la Biblioteca Especializada Malvinas Argentinas, que es lo que inauguramos este sábado”.

Algunos de los 3 mil ejemplares con que cuenta la biblioteca.

La mayor parte del material bibliográfico, que ya supera los 3 mil ejemplares, lo compraron con sus ahorros, sus sueldos (y ahora sus jubilaciones), pero también recibieron donaciones y accedieron a algunos textos con descuento que les facilitan las editoriales, porque ya los conocen, después de tantos años. Arrancaron con tres estanterías en el garage de la vivienda familiar y cuando los libros ya no entraban más ahí, empezaron a guardarlos en cajas, en diferentes habitaciones de la casa. “Era tanto el material que se nos hacía muy difícil cuando nos preguntaban por un tema en particular, recordar en qué caja estaba determinado libro que respondiera esa consulta”, cuentan.

Estudiantes explorando el material sobre Malvinas.

Lo que viene: la sistematización

 

Ahora lograron concretar el anhelo de tener una sede, un espacio donde puede exponerse todo el material junto, y eso permite que puedan empezar a ordenarlo y clasificarlo. Pero la sistematización de ese voluminoso material será parte de una segunda etapa que se abre a partir de ahora, mediante un convenio con la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Mar del Plata, que tiene, entre otras, la carrera de Bibliotecología. “Si logramos ese convenio, vamos a poder inventariar, catalogar y clasificar todo el material para que pueda ser consultado, incluso en internet, por parte de investigadores o personas con curiosidad e interés por conocer determinados temas de Malvinas, que estén en cualquier parte del país o del mundo. Sin necesidad de que vengan a Santa Clara del Mar. Ese es el próximo objetivo”, afirman.

Algunos de los 3 mil ejemplares con que cuenta la colección.

De las reliquias al Braille

 

Jorge describe algunos de los libros con que cuenta la biblioteca, y destaca que la mayor parte del material se presta a domicilio; excepto algunos ejemplares que, dada su antigüedad, o por tratarse de textos únicos, sería imposible reponerlos en caso de extravío o daño. “Tenemos un libro de 1918 sobre Malvinas y si lo prestamos y se extravía o se estropea, no tenemos forma de restituirlo”.

Además, entre las curiosidades de la biblioteca temática, resaltan algunos libros escritos en Braille (sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas ciegas). “Siempre me llamó la atención que haya libros de Malvinas en Braille escritos por veteranos de guerra, en los que ellos mismos cuentan su experiencia –explica Jorge– ; la historia fue así: dos veteranos estaban en Puerto Madryn (Chubut) presentando un libro y se acercó una persona no vidente, que estaba entre el público. También era veterano de guerra. Este hombre les preguntó a los presentadores si había algún libro de Malvinas escrito en Braille. Los autores le dijeron que no, y entonces decidieron editar sus libros también en Braille para que las personas no videntes pudieran leerlos”.

Distintas generaciones visitan la biblioteca.

La sede

 

La sede de la Biblioteca Especializada Malvinas Argentinas que se inauguró este sábado, está ubicada en el Pasaje Pollensa 1561 (Santa Clara del Mar) y fue construida con ahorros propios de Jorge y Alejandra.

Esa será desde ahora la sede de la biblioteca: dos casillas rurales remodeladas por nosotros.

Durante tres años pretendieron darle como sede a la biblioteca, un vagón de tren. Hicieron muchos trámites y redactaron innumerables cartas que enviaron a la intendencia y a los organismos de Infraestructura del Ferrocarril, pero después de muchas idas y vueltas, la respuesta que recibieron fue negativa. “Entonces, empezamos a ahorrar con Alejandra y pudimos comprar una casilla rural. Y después, otra más grande. Entonces, las acondicionamos. Hubo que hacerlas casi a nuevo: techos, pisos, paredes, pintura, etc. Esa será desde ahora la sede de la biblioteca: dos casillas rurales remodeladas por nosotros.

Como todo está hecho con esfuerzo personal de Jorge y Alejandra, no hay días y horarios de visita preestablecidos. Las personas interesadas en conocer la biblioteca, deben concertar, previamente, una cita con ellos, al +54 9 223 570 7597.

“A los chicos de las escuelas, los recibimos con buñuelos y mate”, agrega Alejandra, con lo cual, a la curiosidad por ese maravilloso mar de libros, se suman las ganas de volver a ser niños o adolescentes por un día y estar allí, para conocer y vivenciar Malvinas.

Después de la lectura, los mates con buñuelos.