La cerealera Buyatti tomó la decisión de desprenderse de su planta aceitera de Puerto General San Martín, paralizada desde finales de noviembre.

La empresa, con base en el norte provincia, definió que sus negocios en el sur no tiene más razón de ser y por eso concentrará todas sus inversiones y planes de crecimiento en el norte, tanto en los cultivos de soja como en algodón, y en alianza con una importante cooperativa agrícola.

En rigor, hace más de una década que esa planta aceitera, con capacidad de 3,000 toneladas diarias, viene a los tropiezos financieros y ya en el último tiempo los contratos que conseguía eran sólo para almacenamiento de granos y no su industrialización, como el que tenía para maíz con la Unión Agrícola Avellaneda que se terminó en noviembre y que, al no encontrar quien le tome la posta, provocó el cierre de la fábrica aceitera.

Si bien la planta tiene buenos márgenes de eficiencia, si hay algo que sobra hoy en la industria aceitera es capacidad de molienda ociosa. Además, el complejo no posee puerto propio cuando, por las condiciones actuales del mercado (entre ellos los crecientes costos operativos), el negocio central es la exportación de la materia prima. Y como la planta de Buyatti no es una operadora comercial sino una prestadora de servicios industriales y logísticos para el agro no pude -como hacen los traders, que están en ambos negocios- acomodarse en el más conveniente según el momento de mercado.

En rigor, en un negocio cerealista que se concentra, los prestadores de servicios industriales y portuarios independientes enfrentan una competencia dura cuando falta granos, como en las últimas campañas. Y las empresas que se mantienen los hacen a base de continuas y fuertes inversiones, un punto -precisamente- en el que no se destacó la plana de Buyatti en los últimos años.

Lo cierto es que con la planta parada, los obreros en la calle y las reuniones de conciliación sin novedades en el Ministerio de Trabajo e Santa Fe, Rosario3 pudo saber que los dueños tomaron la decisión estratégica de vender. Está claro que si aparece un interesado en operar a fazón la planta o almacenar granos (cuando hacia marzo llegue la soja) reabrirán las puertas, pero no es a lo que apuntan porque estiman que eso es alargar la agonía. Y por eso se están concentrando en encontrarle un comprador para retirarse definitivamente.

En concreto, la idea de la empresa es pagar las indemnizaciones de los 90 empleados con el producido de la venta. ¿Y cuanto piden por la empresa? Buyatti está a la venta por el monto de las indemnizaciones y algo más por los accionistas. Es más, si bien el número que primero ponen sobre la mesa en al empresa está en torno a los $100millones, la delicada situación los llevará a cerrar por mucho menos.

Es que los dueños hasta están dispuestos a recomendarle a los interesados en quedarse con la planta cuáles son sus mejores ingenieros para que los contraten. Incluso, también están abiertos a abiertos a que el interesado, con una mínima inversión, se sumen a sus otros negocios agrícolas.

Para la empresa Buyatti, Buyatti Puerto San Martín ya no sirve”, sostienen en el directorio. Es que la empresa se está ampliando en el norte en una sociedad estratégica con la Unión Agrícola Avellaneda apostando a la producción e industrializacion de soja, girasol y algodón. Y como los futuros desembolsos se realizarán en Reconquista (en el parque industrial de esa localidad tienen desde la década del 70 su planta insignia)  no piensan invertir nada en Puerto San Martín para reactivar la aceitera parada.