El mes cerrará como el peor enero en ventas de autos en los últimos 20 años por la disparada inflacionaria y el aumento de precios, pero las concesionarias esperan que el nivel de operaciones mejore a partir del segundo trimestre, en parte porque más modelos dejarán de tributar el “impuesto al lujo” que encarecía su valor. 

Según las estimaciones que realizan en las concesionarias y fábricas de autos, enero cerrará con un volumen de entre 30 y 32 mil unidades patentadas, el más bajo desde 2004. El mejor enero, por el contrario, fue del 2018 con 118 mil.

La suba de precios, que cercano al 40 por ciento en diciembre, fue mayor que el aumento de la inflación. Pero hubo otra razón que fue clave para que las ventas se congelaran tres semanas.

Ocurre que la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) informó, luego de una reunión mantenida a mediados de diciembre con autoridades del gobierno, que la administración de Javier Milei se disponía a elevar el mínimo a partir del que se aplica el impuesto a los autos de lujo, que por la inflación de diciembre alcanzaba a casi todos los modelos 0 km. La entidad empresaria se apuró en avisar del cambio, que llegaría recién a finales de enero y por eso se paralizaron muchas decisiones de compra.

Este jueves, finalmente, el gobierno nacional implementó cambios en el impuesto interno más conocido como “impuesto a los vehículos de lujo” que a partir de ahora se aplicará a las adquisiciones cuyo precio superen los 25 millones de pesos, casi duplicando la base mínima imponible del impuesto desde los 10.364.902,82 pesos hasta los 19.826.151 pesos para los autos nuevos y desde los 3.684.176,71 pesos hasta los 5.324.463 pesos para el caso de las motocicletas también cero kilómetro. En todos los casos, el monto que establece el Gobierno no es sobre el precio final, sino respecto al salido de fábrica.

Ante la consulta de Rosario3, desde las concesionarias coincidieron en que el trimestre ya está perdido, aunque el cambio impositivo atenuará el nivel de caída. Con todo, proyectan que la recuperación operará a partir de abril o mayo, cuando el dinero del agro llegue a las ciudades y, esperan, el esquema de precios esté más estable.

Ahora, para que la segunda parte del año muestre alguna mejoría real, estiman que es fundamental que la inflación baje y que el dólar no se vuelva a disparar. Dos factores claves para que además se recupere el crédito, que hoy se redujo a mínimos históricos