El jueves, Rosario3 adelantó en exclusiva que los directores anunciaron que renunciarán el martes junto con la presentación del balance 2019, que no llevará la firma de la auditora KPMG, que se excuso en el “riesgo” que eso le significaría. Es que el 21 de septiembre vence el plazo que el juez que lleva la convocatoria Fabián Lorenzini, les dio para presentar el balance luego de la presión de los acreedores para que así se lo exija ya que inicialmente no se los reclamó.

Pero además de presentar el balance, el directorio comunicó que renunciará en pleno. En rigor, seguirán en funciones hasta que se elijan sus sucesores en una asamblea a realizarse en marzo. Como los accionistas insisten con que pueden sacar a flote la compañía, con una mínima venta de acciones, empezaron a sonar ya otros miembros de las familias Padoán, Vicentin, Gazze, Buyatti, Macua y Nardelli como posibles sucesores. Y es por eso que los acreedores salen a dar el mensaje de la conveniencia de que los nombres (en principio serían tres directores) sean consensuados.

El Comité de bancos acreedores de Vicentin está formado por seis instituciones financieras internacionales: IFC (Corporación Financiera Internacional, parte del Grupo del Banco Mundial), FMO (Banco de Desarrollo controlado por el Estado holandés), ING, Rabobank, Natixis y Credit Agricole.

La semana pasada, Rosario3 publicó que los bancos están armando un fideicomiso en el cuál los accionistas de Vicentin puedan ceder sus acciones (y sus derechos políticos) para negociar, en el marco de la convocatoria, la reconstrucción de las empresa con la venta de la mayoría accionario, el ingreso de nuevos fondos, la capitalización de deudas y el compromiso de los acreedores comerciales de abastecerla de materia prima para recupere el giro comercial necesario para normalizar su caótica situación financiera.