El directorio de Vicentin en pleno renunciará en las próximas horas junto con la presentación del balance contable 2019 de la malograda exportadora, según anticiparon a Rosario3 altas fuentes del gobierno provincial familiarizados con la marcha de la causa judicial.

Con la salida de los ejecutivos, que estarán en funciones hasta que en una asamblea de socios a realizarse en octubre se designen los reemplazantes, y además con la muy demorada apertura de sus números, el defaulteado grupo empresario está dando una fuerte señal a los bancos acreedores, sobre todo los del exterior, que reactivaron gestiones para tomar el control de la empresa en el marco del concurso.

Este jueves la noche se barajaba que ingresarían tres nuevos directores todos con aval de los principales acreedores. La elección de los directores se hará en la asamblea convocada para octubre. Y si bien los perfiles que trascendieron sobre los reemplazantes eran de profesionales vinculados al paño cerealero, en realidad con el estado de actividad de la empresa –cuyo negocio básico es alquilar sus instalaciones- tampoco se necesitan en este momento de transición expertos en la operatoria comercial.

Tal como publicó en exclusiva Rosario3 la semana pasada, los bancos están armando un fideicomiso en el cuál los accionistas de Vicentin puedan ceder sus acciones (y sus derechos políticos) para negociar, en el marco de la convocatoria, la reconstrucción de las empresa con la venta de la mayoría accionario, el ingreso de nuevos fondos, la capitalización de deudas y el compromiso de los acreedores comerciales de abastecerla de materia prima para recupere el giro comercial necesario para normalizar su caótica situación financiera.

En rigor, se trata de una suerte de reedición del bautizado “Plan Perotti”, pero comandado del sector privado y no desde el Estado. Así y todo, la participación del Banco Nación, será fundamental porque se trata del principal acreedor que tiene la empresa y no hay salida posible que no lo tenga adentro del esquema de recuperación.

Correr el directorio era clave para viabilizar el proceso, ya que los puentes de credibilidad del mercado con Alberto Macua, Daniel Buyatti, Roberto Gazze, Máximo y Cristian Padoán, quedaron totalmente cortados luego del mega default. Pero además la salida de las familias junto con la presentación del polémico balance, que la auditora KPMG se negó a firmar, le quita presión política al pedido de intervención que hizo el gobierno provincial y que el juez Lorenzini tiene que resolver. Si bien no encaja totalmente con el nivel de exigencias que puso el gobierno provincial para pedir la intervención de la firma, permitiría una salida política y bastante negociada a ese entuerto.