Una reciente investigación presentó un avance que podría resolver la crisis de la contaminación por plásticos. Científicos desarrollaron un plástico molecular de bambú (BM-plastic) que combina la resistencia de los materiales petroquímicos con la biodegradabilidad total.
Este nuevo material, creado a partir de celulosa de bambú, se perfila como un sucesor viable y sustentable para el plástico tradicional. La estrategia clave fue modificar la estructura molecular del bambú mediante un proceso químico novedoso.
La principal limitación de los bioplásticos actuales es su baja calidad en comparación con los plásticos comerciales como el ABS o el polietileno (HDPE). Sin embargo, el plástico de bambú revierte esta tendencia.
El estudio estuvo a cargo de investigadores de la Northeast Forestry University, en la ciudad de Harbin, en China, y fue publicado esta semana en la prestigiosa revista Nature Communications.
Más fuerte que el plástico tradicional
El BM-plastic demostró una resistencia mecánica excepcional, superando a la mayoría de los plásticos y bioplásticos comerciales. Su fuerza de tensión es de 110 MPa, y mantiene una estabilidad térmica por encima de los 180 °C.
La fabricación del novedoso material utiliza el bambú como materia prima, un recurso abundante y de rápido crecimiento, que no compite con la producción de alimentos. El proceso se basa en una "ingeniería molecular" asistida por solventes.
Primero, se utilizan disolventes para desarmar la red de celulosa del bambú a nivel molecular. Luego, se aplica un estímulo con etanol para reconstruir y densificar los enlaces, logrando una estructura molecular más fuerte y ordenada en el material final. Este método es compatible con técnicas industriales como la inyección y el moldeo.
Totalmente reciclable y ecológico
Las propiedades circulares del nuevo material son su mayor ventaja ambiental. El BM-plastic demostró tener una reciclabilidad de ciclo cerrado.
Después de reprocesarse, el plástico de bambú conserva el 90% de su resistencia mecánica original. Además, se degrada por completo en el suelo natural en tan solo 50 días, eliminando la preocupación por la acumulación en vertederos y océanos.
Competitivo en costos y usos
El análisis técnico-económico de la investigación confirma que el costo de producción del BM-plastic es competitivo con el de los plásticos comerciales y otros bioplásticos. Esto es fundamental para su adopción a escala industrial.
Los investigadores señalan que este material podría utilizarse en múltiples sectores, desde componentes automotrices hasta paneles de construcción, ofreciendo una solución real para mitigar la contaminación plástica global y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.