Investigadores de la Universidad de Columbia, en Nueva York, desarrollaron un inhalador de ARN mensajero (ácido ribonucléico mensajero o ARNm) que permite activar las defensas naturales del organismo de manera preventiva, contribuyendo así a evitar la incubación de virus como el de la gripe.

El proyecto surgió cuando el equipo de investigación, liderado por el inmunólogo Dusan Bogunovic, comenzó a estudiar una rara condición genética conocida como deficiencia de ISG15, que provoca una activación constante –aunque leve– del sistema inmunológico de las personas que la poseen.

“Puedes pensarlo como un antiviral universal”, describió Bogunovic, según citó la publicación NewScientist. Los ensayos iniciales con ratones mostraron que el tratamiento protegió contra varios virus respiratorios, incluyendo el SARS-CoV-2 y la gripe.

Aunque este tipo de deficiencia provoca una mayor susceptibilidad ante bacterias, también representa una protección para virus comunes como la gripe o el sarampión. Por ello, el objetivo de este trabajo es diseñar una estrategia para imitar este “escudo natural” utilizando como base la plataforma que sirvió para desarrollar las vacunas contra el covid-19 durante la pandemia.

Qué es el ARN mensajero


El ARN mensajero es una molécula esencial en la biología y la medicina, ya que juega un papel primordial en la transmisión de información genética desde el ADN hacia los ribosomas, en donde se sintetizan proteínas fundamentales para el correcto funcionamiento y la supervivencia de las células. Su estudio fue crucial para lograr diversos avances médicos, entre ellos las vacunas basadas en ARNm.

Cuando se utiliza el ARNm para prevenir o tratar una enfermedad, se introduce un fragmento del patógeno que se quiere combatir para enviarle a las células del organismo las instrucciones o la receta para construir proteínas que coincidan con ese patógeno.

De esta manera, el sistema inmunitario reconoce a la proteína como extraña y produce anticuerpos que permanecen en el cuerpo y, en caso de exposición, pueden reconocer al patógeno rápidamente, aferrarse a él y marcarlo para su destrucción antes de que cause una enfermedad seria.

Por ello, los científicos aprovechan esta tecnología para entrenar al sistema inmunológico y que se produzcan temporalmente 10 proteínas antivirales clave que bloquean la replicación viral de forma generalizada, independientemente del tipo de virus.

En este caso, el cóctel para que se produzca esa reacción en el organismo se administra por vía nasal a través de un inhalador normal en forma de aerosol, como los que se emplean para tratar el asma, permitiendo que las células del tracto respiratorio, que es por donde acceden muchos virus, empiecen a producir estas proteínas de defensa inmediatamente.

 El inmunólogo Dusan Bogunovic junto a su equipo de investigación.
. El inmunólogo Dusan Bogunovic junto a su equipo de investigación.

De acuerdo con las observaciones de las pruebas en animales, el resultado tras una aplicación es una protección casi inmediata que dura entre 3 y 4 días. En hámsters tratados con el inhalador, la carga viral del SARS-CoV-2 fue drásticamente menor en comparación con los no tratados.

Y al probar este método en cultivos celulares humanos, los investigadores encontraron cierta resistencia frente al virus de la gripe y el Zika.

“Este enfoque podría ser el equivalente viral a los antibióticos, pero sin depender de un virus específico”, destacó Bogunovic, y sumó: “Creemos que la tecnología funcionará incluso si desconocemos la identidad del virus”.

Una aclaración que hicieron los investigadores fue que la protección antiviral que aporta esta tecnología no bloquea la capacidad del organismo para generar su propia memoria inmunitaria frente al virus, por lo que no atenta contra la adquisición de una defensa duradera.

“Una vez que la terapia llega a nuestra células, funciona, pero la administración de cualquier ácido nucleico, ADN o ARN, a la parte del cuerpo que se desea proteger es actualmente el mayor desafío en este campo”, indicaron los investigadores.

Bogunovic también mencionó que el estudio de “pacientes con enfermedades raras” no tenía como finalidad dar con un antiviral, pero que finalmente su trabajo los inspiró para buscar “el posible desarrollo de un antiviral universal para todos”.

Si la investigación sigue su curso, lo que queda por delante es perfeccionar la entrega del ARNm a las células correctas para que no cause inflamación, optimizar la duración del efecto de protección y avanzar con ensayos clínicos en humanos que pongan a prueba la efectividad y seguridad del inhalador.