Tres jóvenes que ya se encontraban detenidos por delitos graves fueron imputados por el asesinato de una adolescente cometido en noviembre de 2022 en barrio Antártida Argentina, en la zona noroeste. Para la Fiscalía, el crimen fue el encargo de un recluso –no identificado– que quería muerta a la joven o a su madre en venganza por un ataque. En la investigación fueron clave los peritajes de armas secuestradas y vainas.
Candela Berenice Romero, de 16 años, murió ejecutada por al menos tres agresores que le dispararon nueve tiros minutos después de la hora cero del 2 de noviembre del año pasado en su casa de pasaje Achira al 600 –San Lorenzo al 8100–, en un hecho que, de acuerdo con la investigación, tendría que ver con conflictos derivados del negocio de drogas al menudeo.
En la misma noche del crimen, minutos después, tres soldaditos fueron detenidos por un ataque a tiros contra una vivienda de Calle 1707 –prolongación de Cerrito al oeste de Circunvalación– al 7700. Los autores se movilizaban en un Ford Fiesta gris, interceptado por el Comando Radioeléctrico (CRE) en Pasaje 1709 y Colombres, al sur de 27 de Febrero.
La persecución llegó hasta Eduardo Gómez al 2800, ya en barrio Godoy, donde el Fiesta estacionó frente a un aguantadero. Allí fueron detenidos Gonzalo Ezequiel Villalba (23); Franco Darío Aguiar (30) y Nicolás Daniel Spalleta (30). La policía secuestró dos pistolas 9 milímetros que intentaron descartar y cuatro motos con pedido de captura.
Para la Fiscalía ambas secuencias –el crimen de Romero y el posterior ataque en barrio Santa Lucía– fueron parte de un mismo raid delictivo con los mismos autores.
Los tres fueron imputados por el hecho de abuso de armas en pasaje 1707 seguían detenidos este martes cuando la fiscal Marisol Fabbro les achacó el homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por promesa remuneratoria y agravado por el uso de arma de fuego de Candela Romero. El juez Hernán Postma dictó prisión preventiva por el plazo de ley.
Los peritajes sobre las pistolas y las vainas secuestradas en el crimen de Candela, en el de su tío y el ataque a tiros en Santa Lucía, señalaron que una misma arma fue utilizada en los tres hechos. También hubo coincidencias con la segunda arma, en dos hechos.
De acuerdo con las evidencias recuperadas por la Fiscalía, el crimen de Candela tendría relación con un intento de homicidio del 1º de noviembre por la tarde cometido en Méjico al 2000.
Esa tarde hirieron de gravedad a Maximiliano “Papu” A., de 16, quien era el novio de Candela y también estaría ligado a la narcocriminalidad, según investigaciones. Por razones que no fueron develadas, luego de esta agresión alguien quería muertas a Candela o a su madre. La casa de Achira al 638 fue tiroteada nuevamente el 21 de noviembre de 2022.
Nicolás Spalleta, domiciliado en barrio Tablada, ya había sido acusado en marzo por otro crimen, el de la Loca Mari, como se conocía a María Elena González, de 63 años. Esta mujer fue ejecutada el 11 de abril de 2022 en Necochea y Ameghino. Entonces, se dijo que Spalleta era un “soldadito de la banda de Alan Funes”, por el grupo delictivo polirrubro del Cordón Ayacucho. González se ganaba la vida como meretriz hasta que se jubiló y un testigo del caso dijo que “consumía drogas, era adicta y nunca vendió”.
El carácter de soldadito fungible de la economía del delito acaso también aplique a Franco Aguiar.
En julio pasado lo acusaron de ser miembro de la banda de Francisco “Fran” Riquelme, un recluso con varias causas abiertas por narcocriminalidad en Empalme Graneros. De él los acusadores dijeron que rendía cuentas de las ventas de un búnker a sus superiores y dirigía los estratos inferiores de la banda. Por esa causa, también se encuentra en prisión preventiva.