“Estoy ansioso para que llegue diciembre y conocer a nuestro rival, analizarlo, luego que llegue marzo y poder jugar, si es en Buenos Aires mucho mejor... Ir a las finales de Madrid será nuestra primera meta. Argentina tiene grandes jugadores y todos queremos competir con las potencias mundiales del tenis”.

Tras aquella durísima derrota frente a Gastón Gaudio en la final de Roland Garros 2004, su mayor sueño, su principal anhelo, parecía que a Guillermo Coria le costaría horrores seguir ligado al tenis tras su retiro.

Hubo momentos de mucha incertidumbre luego de aquel impacto, una lucha titánica con su interior, aquellos malditos problemas con el servicio y la despedida anticipada de uno de los jugadores más impresionantes que dio el tenis argentino en toda su historia.

Desde afuera, lejos del orgullo y la fortaleza invencibles de un deportista de élite, parecía imposible que el Mago volviera a los primeros planos del tenis profesional del otro lado del fleje.

Sin embargo, pasó todo lo contrario. Se reconstruyó, pudo elaborar aquel duelo y hoy es el capitán del equipo argentino de Copa Davis.

“Me llega en un gran momento, estoy muy contento y se viene trabajando muy bien desde hace muchos años en el desarrollo del tenis en la Asociación”, dijo Guille apenas presentado como capitán en reemplazo, justamente, de su ex archienemigo Gaudio.

Se reconstruyó, pudo elaborar aquel duelo y hoy es el capitán del equipo argentino de Copa Davis

“Me toca compartir una dirigencia con amigos, con ex jugadores muy comprometidos en el desarrollo del tenis nacional y ya se ven muy buenos resultados”, se ilusionó el ex tenista nacido en Rufino, criado en Venado y radicado en Rosario.

“Esto es fruto de años de trabajo que se viene haciendo por el tenis nacional. Es una responsabilidad muy linda que me toca afrontar”, agregó uno de los integrantes más sobresalientes de la inolvidable Legión.

Ahí va Guillermo, buscando la revancha de aquella final que jamás debió perder. Ganador nato, puede darle al tenis criollo, o ayudar desde la silla, la chance de recuperar el protagonismo que supo tener.

Argentina tiene una sola Copa Davis, y reciente, que además llegó en el momento menos esperado. Un disparate si se repasa la calidad de sus jugadores durante años.

Uno de sus representantes más brillantes está ahora del otro lado del fleje para intentar contagiarles a los jugadores un poco de la magia que lo llevó a los primeros planos del tenis mundial.

Ahí va Guillermo, buscando la revancha de aquella final que jamás debió perder

Con una pequeña porción de ese talento podría ser suficiente. La hora de la verdad llegará a fin de año con el sorteo y la acción recién en marzo.

“Uno cuando es jugador lo que ansía es poder ser jugador de Copa Davis, y ni hablar cuando se retira, para tener la responsabilidad de ser capitán”.

Esta vez pudo cumplir con su sueño.