Newell's cayó ante Vélez 1 a 0 en el arranque de la  Copa de la Liga Profesional. El equipo de Kudelka se vio sorprendido por el de Pellegrino y un gol de cabeza de Juan Manuel Lucero hizo la diferencia, aunque en el juego el rojinegro estuvo más lejos

Bajo una intensa lluvia, el primer tiempo se jugó a pedir de los deseos de Vélez. Tan es así que antes de los 15 minutos, Ricardo Centurión había metido dos cabezazos en el travesaño.

Newell’s nunca encontró el partido, sus mediocampistas se vieron superados y los laterales sobrepasados. Así, llegó el gol: el desbordado fue Nadalín y el centro cayó en la cabeza de Juan Manuel Lucero, que puso el 1 a 0 para los locales.

El esquema que propuso Kudelka no dio resultado y los nombres no respondieron. Pablo Pérez no contuvo y debió ser expulsado en el primer tiempo por un patadón contra Bouzat, que tuvo que dejar la cancha lesionado. Además, Cacciabue y Rivero no tomaron contacto con el balón casi nunca.

El segundo tiempo se inició distinto, la Lepra pudo amigarse con la pelota y hasta gestó una acción de riesgo con Marcioni en la derecha.

Sin embargo, el castillo de naipes que había empezado a construir en el complemento lo derrumbó Pablo Pérez con una patada. El volante, que venía de meter una planca de roja, no se conformó con eso y agarró a un rival que se le escapaba. Se fue expulsado y además se convirtió en el jugador más amonestado de la historia del club.

Luego llegaron los cambios para acomodar al equipo: los ingresos de Maxi Rodríguez, Juan Sforza, Mauro Formica y Julián Fernández impulsaron anímicamente al resto para no darse por vencido a pesar de la desventaja.

Newell’s creció un poco y al fin pudo patear al arco de Lucas Hoyos. La más clara se dio cuando ingresó Alexis Rodríguez. El primo le cedió a Maxi el gol y la Fiera falló en el mano a mano con el arquero velezano. 

Y sobre el final, otra vez Alexis le dio la chance del empate a un compañero. Esta vez desbordó y se la tiró a Bittolo que llegaba de frente. Pero el resultado fue el mismo.

Newell’s mostró una pálida imagen, apenas mejorada por la respuesta anímica del final. Pero no hubo fútbol, asociaciones ni juego colectivo.