Los jugadores Brahian Alemán y Matías Pérez García fueron separados del plantel de Gimnasia y Esgrima La Plata por algunos días después de haber lastimado a tres chicos de las juveniles durante un “bautismo”, el ritual al que los más experimentados someten a los nuevos a modo de “bienvenida”.

El polémico "bautismo" incluye cortes y tinturas del pelo, que se realiza cuando los jugadores más jóvenes suben de las divisiones inferiores a entrenar con el equipo profesional, en la gran mayoría del los clubes.

Según trascendió, Alemán y Pérez García entraron en las habitaciones de los chicos y los golpearon. Les dejaron marcas y moretones en diferentes partes del cuerpo. Los familiares fueron quienes se quejaron con la dirigencia del club.

De todos modos, los futbolistas fueron reincorporados tras perderse el primer amistoso del club durante el fin de semana ante Banfield, en plena pretemporada antes del inicio del campeonato local.

Uno de los entrenadores, Leandro Martini, confirmó que el episodio quedó atrás: ”Ya se están entrenando con nosotros. Pasó lo que pasa en todos lados. No sé por qué tomó dimensión. Se charló, pidieron disculpas y se arregló”.

Y agregó: “No hay ningún tipo de problema. Ni entre los más grandes con los más chicos. Tenemos un grupo muy bueno”.

Además, el técnico también desmintió la versión que circuló que con la Comisión Directiva evaluaron rescindirles el contrato a los implicados: “No, nada que ver”.

De esta manera, Pérez García y Alemán podrían sumar minutos este sábado en el próximo amistoso del Lobo frente a Independiente en el Libertadores de América.

De todos modos, el debate sobre la violencia que se esconde detrás de esos habituales procedimientos volvió a salir a escena. Algo que muchos clubes minimizan, mientras otros se replantean el modo de encarar una nueva forma de convivencia.