Un pacto multisectorial bajo la lupa

En 2024 se firmó el Acuerdo por la Educación, un compromiso nacional construido con el aporte de 200 referentes de diversos sectores, que definió 10 prioridades para mejorar la educación argentina. A un año, Argentinos por la Educación presentó su informe de seguimiento, que muestra logros en algunos frentes, pero también deudas persistentes.

Educación inicial: avances y vacíos

La cobertura en salas obligatorias se consolidó: 91,2% en sala de 4 y 97,3% en sala de 5. Sin embargo, la sala de 3 años sigue con una cobertura del 53,7%, lejos de la meta del 100% para 2030. El informe advierte que será necesario construir o reconvertir jardines, abrir más salas y sumar docentes, en un contexto de baja natalidad que abre interrogantes sobre la planificación a futuro.

Para Paula Lorenzi, presidenta de OMEP Argentina, la ampliación de cobertura debe ir acompañada de mejoras de calidad: “El trabajo en parejas pedagógicas permitiría un acompañamiento más cercano y entornos más desafiantes para los más pequeños”.

Alfabetización: prioridad y deuda pendiente

El informe destaca la decisión política de priorizar la alfabetización inicial y la realización de las pruebas Aprender en 3º grado. No obstante, el 54,9% de los estudiantes aún no logra las competencias lectoras esperadas, lo que pone en riesgo el cumplimiento de la meta 2030: alcanzar un 85% de dominio lector al finalizar el primer ciclo de primaria.

Clara Zavalia, cofundadora de Intelexia, advierte que la mejora depende de la continuidad de políticas y de la implementación de programas basados en evidencia científica: “Sin formación y acompañamiento docente, la transformación en el aula es mucho más difícil”.

Secundaria: menos abandono, aprendizajes en duda

La tasa de deserción acumulada a los 17 años bajó de 24% en 2018 a 15% en 2024. Aunque es un avance, especialistas advierten que no alcanza con retener a los estudiantes si no se asegura que egresen con aprendizajes significativos.

“La exclusión también ocurre cuando el estudiante permanece en la escuela pero no accede a una educación plena y efectiva”, señala la investigadora Valeria Abusamra. En la misma línea, Sandra Ziegler (Flacso – UBA) subraya que indicadores como asistencia, repitencia y desempeño académico son necesarios para medir la verdadera calidad de la experiencia escolar.

Profesión docente: bajo reconocimiento

El informe también recuerda una deuda histórica: Argentina ocupa el puesto 31 de 35 en el Índice Global de Estatus Docente, reflejo del bajo reconocimiento social hacia la profesión. En la semana del Día del Maestro, la cuestión reaparece con fuerza como un punto clave para atender.

Romina de Luca (CONICET – CEICS) advierte que la falta de metas nacionales y la restricción presupuestaria condicionan tanto la formación como la gestión escolar. “Infraestructura, salarios y condiciones laborales impactan directamente en la calidad de la enseñanza”, resume.

El desafío de la continuidad

Más allá de las diferencias de enfoque, los especialistas coinciden en un punto: la transformación educativa requiere constancia y políticas sostenidas a lo largo del tiempo. El informe destaca progresos en sistemas de información y en la gestión, pero insiste en que el núcleo de la mejora pasa por fortalecer la alfabetización, ampliar la cobertura inicial y garantizar trayectorias completas en secundaria.