Entre todas esas presencias se incluyó la participación del ilustrador australiano Oliver Jeffers, y gracias a la virtualidad posibilitó que “más gente tenga acceso al festival” para el encuentro “con los libros y las infancias”, destacó Larisa Chausovsky, directora del evento.

Además de esas participaciones internacionales, esta edición tuvo un gran alcance a pesar de que “no todos tienen acceso a la tecnología” y “nos encontramos con lectores y lectoras de todo el país, de Latinoamérica y mucho más. Eso nos alegra y nos conmueve porque se mantuvo el espíritu del Filbita del encuentro con los libros y con las infancias”, celebró y señaló que “más allá de los números, el balance tiene que ver con la idea de que la literatura y el arte son experiencias que nos transforman y acercan a los demás”.

Durante los nueve días del Filbita hubo talleres para adultos y para infancias con cupo agotado y grandes perlitas, como lo fue la actividad de cierre del Filbita: la entrevista dibujada de Isol a Oliver Jeffers, donde ambos ilustradores fueron charlando y dibujando sobre un mismo lienzo digital.

También estuvo el autor e ilustrador francés Laurent Moreau, quien desde su departamento de Estrasburgo, en el este de Francia se conectó con el festival para mostrar su espacio de trabajo que está situado cerca de su taller al que va caminando cuando deja a su hija en el jardín.

En palabras de Chausovsky, las actividades de encuentro del Filbita tuvieron que ver con “acércanos y encontrarnos a pesar de todo, encontrarnos en el lenguaje, la literatura” y destacó que “hubo mucho creación, muchas lecturas colectivas, recorridos muy distintos“, además de talleres de ilustración y literarios, encuentros y charlas como la de Yolanda Reyes y Jorge Luján, por nombrar algunas.

“Pudimos encontrarnos y experimentar en relación a la literatura, a la pasión, los riesgos, a la lectura”, concluyó.