La línea costera argentina se prolonga por 4.725 kilómetros. Esa gran extensión de mar coloca al país entre los más amenazados en cuanto a las consecuencias del incremento del nivel del agua que se espera en las próximas décadas debido al cambio climático mundial, y el consecuente derretimiento de los polos.

Investigadores del Centro de Investigación Conjunta de la Unión Europea en Ispra, Italia, afirmaron que la mitad de las playas arenosas del mundo podrían desaparecer para el final del siglo si no se toman medidas más estrictas contra el cambio climático.

Para ello, utilizaron imágenes satelitales para monitorear cómo han cambiado las playas durante los últimos 30 años y simularon la manera en que el calentamiento global podría afectarlas en el futuro.

“Lo que encontramos es que para el fin del siglo alrededor de la mitad de las playas del mundo experimentarán una erosión mayor a 100 metros para 2050. Lo más probable es que se pierdan”, aseguró Michalis Vousdoukas, director del estudio científico.

Ocurre, que el deshielo de las regiones polares está subiendo las aguas a un ritmo de unos tres milímetros al año. Además, el aumento de las temperaturas hace que el agua de mar se dilate y ocupe más espacio a costa de las playas.

El trabajo, publicado en Nature Climate Change, reveló que el nivel de riesgo de pérdidas de playas depende de qué tanto incremente la temperatura global promedio para el año 2100. Mayores aumentos de temperatura significan un incremento en el nivel del mar y tormentas más violentas en algunas regiones, provocando que las playas hasta de hasta 250 metros desaparezcan bajo las olas.

Australia sería el país más afectado en términos de pérdida de litorales, con más de 11.400 kilómetros en riesgo. Estados Unidos, Canadá, China, Rusia, Argentina (hasta 4.400 kilómetros), México (5.100) o Chile (hasta 7.000).

Las playas son valiosas en términos recreativos, turísticos, económicos y de vida silvestre, además de brindar una barrera natural para proteger a las comunidades costeras de los fuertes oleajes y las tormentas.

Según publicó Infobae, muchas zonas costeras, incluyendo las playas, ya padecen fuertes estragos a causa de la actividad humana, como las construcciones a la orilla del mar y embalses, que reducen la cantidad de sedimentos que fluyen hacia los océanos y que son cruciales para la recuperación de las playas.

Algunos países resultarán más afectados que otros, indicaron los investigadores. Gambia y Guinea-Bissau, en África occidental, podrían perder más del 60% de sus playas, mientras que las predicciones para Pakistán, la isla de Jersey en el Canal de la Mancha y las Islas Comoras corren riesgos similares.