La Nasa informó que la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) instalada en el telescopio espacial James Webb captó con gran detalle en una nueva imagen los remanentes de una supernova, cuya explosión tuvo lugar hace 340 años desde el punto de vista de la Tierra.

Se trata de Cassiopeia A (Cas A), que está ubicada a 11 mil años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Casiopea. La agencia espacial estadounidense consideró que Cas A, que tiene una extensión de 10 años luz, es uno de los restos de supernova mejor estudiados de todo el espacio.

Asimismo, enfatizó que se elaboraron fotografías a partir de los datos proporcionados por los telescopios terrestres y espaciales, incluido el Hubble, en donde se muestra a este objeto astronómico en múltiples longitudes de onda.

Cas A es uno de los restos de supernova mejor estudiados de todo el cosmos. A lo largo de los años, los observatorios terrestres y espaciales, incluido el Telescopio Espacial Hubble de la Nasa/ESA, reunieron colectivamente una imagen de múltiples longitudes de onda de los restos destrozados del objeto, según publicó el sitio especializado EsaWebb.org.

La vista NIRCam (cámara de infrarrojo cercano) de Webb muestra esta explosión estelar en una resolución previamente inalcanzable en estas longitudes de onda. Esta imagen de alta resolución nos ofrece una vista nueva de detalles intrincados de la capa de material en expansión que choca contra el gas desprendido por la estrella antes de explotar.

Lo curioso es que las características que reveló el instrumento MIRI son invisibles en la nueva imagen NIRCam de Cassiopeia A y los astrónomos están investigando por qué: "Con la resolución de NIRCam, ahora podemos ver cómo la estrella moribunda se hizo añicos por completo cuando explotó, dejando filamentos similares a pequeños fragmentos de vidrio", dijo Danny Milisavljevic de la Universidad Purdue, quien dirige el equipo de investigación, en un comunicado oficial.

Según la Nasa, los cúmulos de gas coloreados en tonos rosa claro y naranja brillante están formados por azufre, oxígeno, argón y neón que quedan de la estrella. Este gas contiene una mezcla de polvo y moléculas que eventualmente contribuirán al desarrollo de nuevas estrellas y planetas.

La muerte de una estrella

Casiopea A es lo que queda después de que una estrella mucho más masiva que nuestro Sol agotara su combustible nuclear y su núcleo colapsara bajo su propia gravedad.

Este evento probablemente ocurrió alrededor del año 1671, como sugieren los registros astronómicos, aunque no se conocen observaciones históricas de la supernova.

La explosión arrojó las capas exteriores de la estrella al espacio a millones de kilómetros por hora, creando una onda de choque que calentó el material expulsado a temperaturas increíblemente altas. Esto resultó en el brillante despliegue de luz que se conoce como supernova.