En la tarde de este lunes, en una chacra de José Ignacio, un turista argentino vivió un incidente inesperado que puso a prueba el valor de quienes, en silencio, en cuestión de minutos pueden salvar una vida. Tras una picadura de avispa en el labio y una reacción alérgica severa, el hombre perdió el conocimiento, su presión arterial descendió drásticamente y entró en shock. Gracias a la rápida intervención de un grupo de médicos de un centro de salud de cercanía, pudo ser estabilizado para luego ser trasladado a un hospital de Maldonado, donde se recuperó rápidamente y fue dado de alta. 

Según describió la propia víctima a Rosario3, una avispa le picó en el labio y le produjo una “rápida” reacción alérgica. “Me di cuenta enseguida que era algo serio y nos subimos al auto con mi esposa. Nos íbamos para José Ignacio, estábamos alojados cerca de allí”, relató. 

“En la mitad del camino, me doy cuenta de que estoy perdiendo el conocimiento. Freno, le paso el volante a mi esposa. Hacemos 100 metros y me desmayo”, agregó luego. 

En la desesperación, la mujer decide trasladarlo a un pequeño dispensario de la zona. Allí lo reciben y le aplican tres inyecciones de adrenalina, hasta que logran hacerlo reaccionar. “Me atendieron con un compromiso profesional impresionante”, destacó el rosarino. 

“En ese momento crítico, la intervención de los profesionales fue esencial. Cecilia Rodríguez y Eugenia Cabelli coordinaron con rapidez, mientras la enfermera Yamila Díaz, el doctor Leonardo Falcao y el chofer Cono Menchaca, actuaron con un compromiso excepcional. Gracias a la adrenalina y otros medicamentos administrados con urgencia, lograron estabilizarme y evitar que entrara en paro”, recordó el turista argentino. “También quiero destacar a Leandro Gómez, quien también estuvo presente en ese momento crucial”, añadió.

“Me trasladaron a Maldonado, que está a unos 40 kilómetros, pero en el trayecto ya estaba mucho mejor. A la noche, cuando comprobaron que solo fue una reacción alérgica y que estaba todo bien, me dejaron ir”, comentó. 

El hombre también remarcó que “el traslado al Sanatorio Mautone en Maldonado fue posible gracias a la colaboración de los inspectores Rodrigo López y Alejandro Furtado, quienes abrieron paso para que llegáramos a tiempo”.

“Esta experiencia es un testimonio del valor y la dedicación de estos héroes anónimos, que con su intervención salvaron una vida en el momento crucial”, finalizó.