El hacker Walter Delgatti admitió ante la Policía Federal de Brasil que recibió pagos de la diputada federal bolsonarista Carla Zambelli para prestar servicios cibernéticos, que incluyeron la intervención del teléfono móvil y el correo electrónico del ministro Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), y, tiempo antes, para intentar entrar a las urnas electrónicas o al sistema de las autoridades electorales, informaron este miércoles fuentes oficiales.

Según la Policía, Delgatti reveló que se reunió con la diputada en una estación de servicios en septiembre de 2022 y que ella le afirmó que “si lograba hackear los sistemas” tendría trabajo asegurado en el futuro porque “sería salvar la democracia, la patria, la libertad”.

La diputada federal bolsonarista Carla Zambelli. (EBC)

El hacker confirmó además que se reunió en el Palacio La Alvorada con el entonces presidente Jair Bolsonaro -un encuentro del que ya dio cuenta la revista Veja- y que se le preguntó si era capaz de “invadir” las urnas electrónicas.

Con todo, Delgatti declaró que nunca accedió a los sistemas electorales, según el testimonio citado por la estatal Agencia Brasil.


En la resolución que dispuso la prisión preventiva de Delgatti, De Moraes citó el informe de Veja, con audios según los cuales el hacker admite que contactó a empleados de la operadora TIM con el objetivo de invadir el chip del celular del ministro, pero que no habrían accedido a seguir adelante.

Luego, Delgatti dijo que había invadido el Banco Nacional de Ordenes de Aprehensión del Consejo Nacional de Justicia (CNJ), para demostrar sus habilidades, y que la propia Zambelli había redactado la orden de aprehensión falsa contra Moraes.

El acceso al sistema se habría producido a través de una credencial electrónica sustraída.

Los detalles del testimonio de Delgatti ante la PF están contenidos en la decisión en la que el ministro De Moraes impulsó estemiércoles la prisión preventiva del hacker.

El magistrado también ordenó allanamientos e incautación de bienes en domicilios y vehículos vinculados a Zambelli.


La defensa de Zambelli, en tanto, confirmó la ejecución de las órdenes de De Moraes pero expresó que las decisiones fueron “recibidas con sorpresa, pues la diputada solicitó, a través de su abogado de oficio, Daniel Bialski, ponerse a disposición para proporcionar toda la información necesaria".

"En ningún momento la parlamentaria dejó de cooperar con las autoridades. Se respeta la decisión judicial, pero se desmiente la sospecha de que haya participado en algún hecho ilícito. La diputada Zambelli esperará con tranquilidad el resultado de las investigaciones y la demostración de su inocencia”, explicó el letrado en un comunicado.

La PF afirma que Delgatti recibió al menos 13.500 reales (2.800 dólares) de asesores de Zambelli, de quien se allanaron tres propiedades en Brasilia y dos en San Pablo.

Para la legisladora bolsonarista, De Moraes decidió la incautación de armas, municiones, computadoras, tabletas, teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos, y pasaportes; el allanamiento y la incautación de autos, y la incautación de dinero y bienes (joyas, vehículos, obras de arte y otros objetos) por 10.000 reales (2.000 dólares), “siempre que el origen legal no esté plenamente probado en el lugar de los hechos”.

La operación de hoy, según O Globo, se denominó 3FA, un nombre que surge de la "autenticación de dos factores (2FA), un método de seguridad de gestión de identidad y acceso que requiere dos formas de identificación para acceder a recursos y datos".

Todas las órdenes contra Zambelli surgieron del hecho de que Delgatti, en un intento por alcanzar un acuerdo de culpabilidad beneficioso, hizo las revelaciones tras ser detenido en el marco de la investigación por los ataques a las sedes de los tres poderes público del 8 de enero, apenas una semana después de que asumiera la presidencia Luiz Inácio Lula Da Silva.

Zambelli justificó la presencia de Delgatti en su campaña a diputada asegurando que por entonces pretendía formar un equipo de consultoría para vigilar el buen funcionamiento de las urnas electrónicas, cuya fiabilidad Bolsonaro y otros funcionarios siempre cuestionaron.

Reelegida en 2022 para ocupar una banca en el Congreso, Zambelli fue la tercera candidata más votada de aquellas elecciones a pesar incluso de que en vísperas de la segunda vuelta fue vista persiguiendo con una pistola en su mano a un seguidor de Lula.