El director del Instituto de Políticas Públicas LGBT+, Esteban Paulón, le escribió una carta abierta a Gisela Barreto, conductora del programa El Vaso, quien suele referirse a la sexualidad con una mirada discrimatoria hacia las identidades que no sean la heterosexualidad.

Según indicó el vice presidente de la Federación Argentina de Lesbianas Gays Bisexuales y Trans, decidió enviarle este mensaje a la ex vedette, luego de escucharla hablar en el programa El Show del Espectáculo de Ulises Jaitt en la AM 1330 de La Salada sobre la niñez y la diversidad sexual de forma incorrecta y condenatoria.

“Hola Gisela, ¿cómo estás?

Yo atento y preocupado por algunas declaraciones tuyas sobre diversidad sexual e infancias trans. Realmente no sé si sos consciente del dolor y el daño que causas con cada disparate que decís. Seguramente no, porque no será a vos a quien llamen o envíen mensajes muchas madres y padres de niñas y niños trans, angustiados y con bronca al escuchar una serie de ideas sin sustento, que se propagan por los medios y sólo buscan hacer daño y promover la exclusión y la discriminación de sus hijes.

Te leí expresar, por ejemplo, que “Hay que ver que tomamos por percepción. Un niño, cuando es niño, juega. Cuando juega que es pájaro no vamos a decir que se percibe que es un pájaro.”

¿Te parece, Gisela, que da igual la auto percepción en relación al género, que no es otra cosa que uno de los aspectos de nuestras vidas, con una “identidad animal” o un juego? ¿Realmente creés en esas tonterías que sostienen que uno o una puede percibirse planta, piedra o animal? ¿Tanto subestimás a les niñes? Te creía más inteligente.

Otra de las cosas sin sentido que leí fue tu idea de que “los colegios inmersos en educar a los niños son los responsables de aquellos menores que eligen ser transexuales”.

¿Sabías, Gisela, que la orientación sexual y la identidad de género “no se eligen”? Que ambos son aspectos de la identidad personal. Que, así como hay personas con una orientación sexual heterosexual (que no fue elegida ni “adoctrinada” en las escuelas) también las hay gays, lesbianas o bisexuales (que por supuesto tampoco sufrimos adoctrinamiento para sentir lo que sentimos).

Quizá algunas orientaciones sexuales o identidades de género sean más frecuentes o visibles socialmente, pero eso no hace a algunas mejores que otras. Entender que somos iguales en dignidad y derechos es una condición indispensable de cualquier sociedad democrática.

Hablando de esto, ¿sabías que la vivencia íntima y personal de la orientación sexual es exactamente igual en todas las personas? ¿Que un día, así como vos habrás comenzado a sentirte atraída por hombres y habrás iniciado el camino de la exploración de tu sexualidad, en simultáneo alguien sentía lo mismo, pero por una persona de su mismo sexo?

¿Y qué, así como muchas personas son cis género (es decir que se auto perciben – en lo que respecta a su identidad de género – en un mismo sentido que el género que se les asignó al nacer) otras serán trans género y van a sentir y expresar su género en un sentido diferente al asignado al nacer? Y ese descubrimiento personal, esa construcción de la propia identidad va a comenzar en la infancia.

Si la orientación sexual o la identidad de género fueran “educables” o pasibles de “imitación”, como vos sostenés, todes seríamos cis heterosexuales, ¿no? ¿O acaso en los medios, la escuela, la familia, el club o el entorno personal no son muchos más los “modelos” o “ejemplos” heterosexuales? ¿Quiénes formamos parte del colectivo LGBT+ no somos acaso producto de familias heterosexuales? ¿No fue ese el modelo en el que, mayoritariamente nos criamos?

También leí que decías que “el chico, cuando sea grande y se dé cuenta qué quiere, él solito va a elegir”. ¿En serio, Gisela?

Seguramente no te voy a revelar ninguna verdad si te digo que quienes hoy somos adultas y adultos lesbianas, gays, bisexuales, trans, no binaries o de género variable, ayer fuimos niñas y niños lesbianas, gays, bisexuales, trans, no binaries o de género variable.

La única diferencia es el acompañamiento que pudimos haber recibido de nuestros entornos, y la posibilidad más o menos cierta de expresar lo que sentíamos con mayor libertad. Y la libertad también nos hace felices.

No tengo dudas, Gisela, que no sabrás que en una Encuesta que hicimos en 2009 en todo el territorio de la provincia de Santa Fe y con más de 400 entrevista efectivas, el 70% refirió haber percibido su identidad de género trans antes de los 12 años. Y tampoco sabrás que sólo el 12% de elles pudo expresarlo socialmente.

¿Entenderás Gisela lo que significa vivir una vida que sabés que estás viviendo y no poder contarlo? No poder decir lo que sentís, no poder ser vos. Algo tan simple como eso. Ser quien uno o una es y no otra persona.

También te cuento, Gisela, que esa imposibilidad de vivir la vida que uno siente, esa imposibilidad de expresar lo que nos pasa, llevó al 42% de la población trans de Santa Fe a intentar, al menos una vez, a quitarse la vida.

Esto es tan claro esto que un estudio reciente del Jornal of Adolescence Health determinó que niñas, niños y adolescentes trans y de género variable que son nombrados por sus nombres auto percibidos, tienen 65% menos riesgo de suicidio. Más claro echale agua.

Por eso te pido Gisela, que como Comunicadora Social y por la responsabilidad que implica el impacto y difusión masiva que tienen tus declaraciones, que seas cuidadosa y responsable. Te pido que te informes para no desinformar. Te pido que te saques todos los prejuicios que cargás y te permitas conocer de cerca a alguna o alguno de esos niñes de los que hablás sin conocer.

Conocé sus historias, tratá de entender su dolor, comprender a tantos padres y madres que pelean cada día por su dignidad y su inclusión. No hagas más daño. No fomentes más el odio. Predicá para el amor y la igualdad”.