Un expolicía será juzgado en los tribunales de Junín acusado de haber asesinado de 15 puñaladas en febrero pasado a su expareja, Úrsula Bahillo, a quien tenía prohibido acercarse, ya que la joven lo había denunciado varias veces por violencia de género, en la ciudad bonaerense de Rojas, informaron este jueves fuentes judiciales.

Se trata de Matías Ezequiel Martínez (25), expolicía y expareja de Bahillo (18), quien será juzgado desde las 10 por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Junín, conformado por los jueces Carina Piegari, Claudia Dana y Esteban Melilli.


Martínez permanece detenido en la Unidad Penal 49 de Junín, imputado del delito de "homicidio doblemente calificado por tratarse de una mujer cometido por un hombre mediando violencia de género (femicidio) y por mediar alevosía", que prevé prisión perpetua.

El pasado 22 de febrero, en tanto, Martínez fue condenado por el juez en lo Correccional 1 de Junín, Héctor Alberto Barbera, por los delitos de "lesiones leves agravadas en concurso con amenazas agravadas", en perjuicio de una expareja, en 2017.

Estos cuatro años de cárcel se unificarán con la eventual pena única de prisión o reclusión perpetua a la que podría ser condenado por el femicidio de Úrsula, indicaron las fuentes.

La acusación estará a cargo de Sergio Terrón, el mismo fiscal que instruyó la causa, quien estableció que "el mismo día del hecho, en horas de la mañana, el imputado Martínez fue convocado a la Ayudantía Fiscal de Rojas para ser notificado de la imposición de un perímetro que le vedaba acercarse a Úrsula Bahillo y, como bien consta en el acta de procedimiento, tenía en su poder al momento de su aprehensión", según el requerimiento de elevación a juicio al que accedió Télam.

"Que dicha restricción no fue un obstáculo para concertar un encuentro con la víctima en horas de la tarde. (...) Que dicho encuentro al que accedió la víctima, debe hacerse insoslayablemente desde una mirada de perspectiva de género, entendiendo que una mujer manipulada que no puede romper una telaraña de amenazas y violencia, acude a hablar con el imputado para aclarar la situación que estaban viviendo y por la que lo había denunciado", sostuvo Terrón.

Según la acusación, con Úrsula a bordo, el sospechoso se alejó al paraje Guido Spano, distante aproximadamente a 10 kilómetros de la ciudad de Rojas, "siendo un lugar con frondosa arboleda, con un río en las proximidades, totalmente inhóspito".

"Allí, con la víctima a su merced, sin posibilidad de ser auxiliada por persona alguna, realizó el feroz ataque (...) con el cuchillo -secuestrado en autos- que tenía en su poder y había llevado con dicho propósito, ocasionándole una muerte brutal a esta joven de apenas 18 años de edad", indicó la fiscalía.

Tras el femicidio, Martínez llamó "reiteradamente a su tío, luego de las 20, pidiéndole que vaya solo (¿buscando su colaboración o complicidad tal vez para deshacerse del cadáver?), no sin antes montar una 'mise en scène' para hacer creer que existió un ataque previo de la víctima o, tal vez, una tentativa de suicidio".

Úrsula fue hallada asesinada a puñaladas el lunes 8 de febrero último cerca de las 20.30, entre unos pastizales en un campo ubicado a la altura del paraje Guido Spano, a unos 13 kilómetros de Rojas, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, y en ese mismo lugar la policía apresó a Martínez herido.

El femicidio fue descubierto tras un alerta al 911 de un tío del imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque le confesó en un llamado que "se había mandado una cagada".

Al llegar al lugar, la policía encontró a la chica asesinada y al hombre malherido, ya que después del crimen se clavó el arma homicida en el abdomen, adentro de su auto. Martínez intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó detenido.

Úrsula había denunciado en varias oportunidades a su exnovio por amenazas y violencia de género e incluso el policía tenía una medida de restricción perimetral que había violado dos días antes del crimen.