La vida de Rubén Darío Viviani se revolucionó cuando su nieta posteó una foto de su vivero en las redes sociales. Siempre hizo de todo en su vida, y nunca dejó de trabajar y esforzarse. Tras superar un problema de salud en marzo decidió reabrir su vivero, pero la cuarentena y las restricciones por el coronavirus lo hizo muy difícil.

Paula, su nieta, decidió sacarle unas buenas fotos a su abuelo y al emprendimiento que tiene en la puerta de su casa, ubicada en avenida General Paz de Córdoba, y publicarlas en Facebook.

La situación tuvo un giro drástico casi inmediato: Paula compartió las imágenes el 12 de octubre y el fin de semana siguiente, que fue el Día de la Madre, Rubén vendió todas las plantas que tenía y los clientes seguían llegando.



Rubén se levanta todos los días a las 6 de la mañana y él mismo saca las plantas a la vereda de su casa, donde las vende. Es hincha de Belgrano pero asegura que tiene la “T" marcada en la frente: “No es de Talleres, es de trabajo” durante un móvil.

Su objetivo es seguir trabajando hasta que su cuerpo se lo permita y pidió que, si no lo ven en la vereda, “toquen tres veces el timbre bien fuerte”, porque seguramente va a estar en el patio del fondo cuidando el resto de su producción.