La esquina de Córdoba y Paraguay, como muchas otras del centro de Rosario, son territorio fértil para el accionar de mecheras, motochorros y arrebatadores, que poco les importa quedar perfectamente filmados por la decena de cámaras de videovigilancia que existen en la zona, tanto de la Municipalidad como las privadas de los locales comerciales. Por ejemplo, De 12 a 14 (El Tres) mostró el video de un robo a un jubilado que acababa de salir de un banco con el dinero de su jubilación.

La de Córdoba y Paraguay es una de las esquinas más vigiladas de Rosario. Entre el domo del municipio y los dispositivos colocados en altura por los comerciantes del lugar, hay al menos diez cámaras.

Una de esas cámaras tomó el robo de un muchacho a un jubilado, al que siguió hasta que logró arrebatarle el dinero que había retirado minutos antes de un banco de la zona. Otro delincuente lo estaba esperando en una moto y así escaparon apesar de los gritos desesperados del hombre, que se distrajo un instante mirando vidrieras.

“Todos los que trabajamos acá en el centro conocemos a los motochorros, a las mecheras, a los arreebatadores”, dijo a El Tres un puestero de la esquina.

Y luego describió el robo, del que fue testigo: “Un jubilado salió del banco, se ve que fue a sacar la jubilación, y le arrebataron. Lo estaban esperando con una moto”, afirmó el muchacho.

El vendedor ironizó: “Parece que los robos son el nuevo trabajo acá en Rosario, porque pasa todos los días”. Y finalizó: “Los que salen del banco son objetivo fijo que los muchachos”.

Mecheras

Una comerciante que tiene su local por calle Paraguay, hizo un descriptivo relato de lo que sucede todos los días allí: “Ya los conocemos a los que nos vienen a robar, por eso nos ponemos en la puerta y no los dejamos pasar”, confió.



Luego apuntó que “la Policía no hace nada, la GUM tampoco. Pasan pero no hacen nada”. Y agregó que “lo naturalizan, es como que es una costumbre permitida que roben en la peatonal”.

“La otra vez unas mecheras nos dijeron que las dejemos trabajar tranquilas. Nos amenazan, nos dicen que saben la hora que salimos de trabajar”, concluyó.