El papá de Matías Almeyda, Oscar, falleció en marzo pasado después de haber contraído coronavirus. Algunos meses después, el entrenador de 46 años contó detalles del padecimiento familiar y reveló que quiso comprar vacunas para toda la ciudad de Azul.

“Hace 20 días llamé a un político importante de Argentina porque quería vacunar a toda la ciudad de Azul, quería pagar todas las vacunas, no me importaba lo que iba a costar. Si me quedaba sin lo que tenía no me importaba porque la pérdida de mi padre y muchos conocidos me dio mucha tristeza. Tenía todos los contactos para llevar las vacunas pero lamentablemente no se pudo”, explicó.

El ex jugador dio detalles de la negativa: “Tenía los vínculos, pero cuando hablé con este político me dijo que no se podía porque es un tema que lo manejan los Estados. No se puede a nivel privado hacer estas cosas”.

Y agregó: “Es una lástima porque hay mucha gente que estaría dispuesta a invertir dinero para ayudar a la población. El sistema está hecho así, lo maneja el Gobierno. El día que se abra un poco todo esto, va a haber mucha gente que querrá colaborar, pero también va a haber mucho negocio. Es difícil y entendible. Una lástima”.

En tanto, aclaró: “No lo digo para hacer publicidad porque la gente de Azul sabe lo que yo amo a la ciudad y que es mi lugar para vacacionar”. Y descartó meterse en la política en el futuro por “estar lejos de lo que se sabe y los manejos que existen”, aunque siempre estará a disposición para colaborar con la sociedad de su tierra natal.

Sobre la pérdida de su padre, describió: “Fue realmente traumático porque en diciembre decidí no ir a Argentina por el miedo de los viajes y aeropuertos. Busqué todas las maneras para unirme a mi familia y la de mi esposa en algún otro país y no se pudo”, contó en Radio Mitre, Almeyda.

El ex jugador de River pasó las fiestas en Estados Unidos con la idea de trasladar a sus padres en febrero o marzo a la espera de la vacuna. “En la vida muchas veces uno programa y Dios decide, lamentablemente. Llegué cuando mi papá estaba internado, fue muy rápido. Me quedó un dolor y bronca terrible por lo sucedido, pero acepto cómo se dio todo y la decisión que tomó el Señor, en el que creo cada vez más. Lo acepto desde ese lugar”, manifestó.

Y agregó: “No me pude despedir. Mi papá era mi amigo, teníamos un vínculo muy fuerte, éramos muy unidos. Más allá de que estábamos distanciados por kilómetros, siempre decíamos que nuestros corazones latían a la par y realmente me cuesta saber que hoy no está entre nosotros, pero sé que está, en algún lugar está”.

En California, Matías dirige al San José Earthquakes de la MLS. Allí se están aplicando las segundas dosis para todo ciudadano que quiera inocularse: “Yo ya me di la segunda dosis pero acá es todo muy loco, hay gente que no se quiere vacunar, vivimos en el mundo del revés. Ellos pueden vacunar a 4 millones por día pero no llegan ni a la mitad porque la gente no quiere. Piden que traigan a conocidos para vacunarse, son realidades diferentes”.

Su idea era llevarse a sus padres durante 2 ó 3 meses a Estados Unidos porque hacía más de un año que no los veía y allí aprovechar para vacunarlos.

Y cerró: “El amor que le tengo a Argentina es único, soy un defensor a muerte del país. Ahora que se murió mi papá tengo mucha bronca, saber que hay gente que se vacunó con todo este desastre que hicieron algunos y él se quedó esperando una vacuna”.

Y al mismo tiempo cuestionó la distribución sanitaria: “Azul tiene 55 mil habitantes y solo dos respiradores artificiales. Mi papá se murió y se podría haber evitado como también la muerte de mucha gente. ¿Cómo no voy a tener bronca? No culpo a la política de Azul ni al hospital, culpo al sistema que tenemos hace años que es un desastre. Creo que estamos distribuyendo los impuestos muy mal”.