Son varias las organizaciones de padres y madres que se manifiestan en relación con la modalidad de la educación de sus hijos e hijas, en el marco de la pandemia de coronavirus y las restricciones aplicadas en la última semana. Desde quienes exigen un regreso al 100 por ciento de clases presenciales, como en la época prepandemia hasta quienes sostienen la necesidad de priorizar la salud y aceptan la virtualidad como salida transitoria, mientras los casos de covid sigan en aumento, frente a un importante sector de la población que aún no cuenta con la vacuna.

En ese contexto, un nuevo grupo de madres y padres identificado como “Familias por la salud y la educación pública” proponen una idea intermedia entre ambas posiciones extremas, y sugieren una “presencialidad optativa”. Ofrecen un mail de contacto: familiassaludyeducacionpublica@gmail.com, y lanzaron una campaña de recolección de firmas en Change.org: http://chng.it/jbmrFvHv.

“Somos un grupo de familias muy preocupadas por la situación sanitaria en la que nos encontramos. Consideramos que la educación es uno de los principales pilares de toda sociedad. Pero lo educativo, en términos amplios, no empieza ni termina en la puerta de la escuela. Toda la sociedad educa, ustedes como gobernantes lo hacen y nosotres como familia educamos en cada decisión que tomamos. En tal sentido –sostienen en un comunicado– es que entendemos que nuestras acciones, como aquellas que provienen del “mundo de la adultez” son un ejemplo para nuestras infancias y constituyen un modo de educar “práctico” en el que podemos mostrar que el cuidado es colectivo”.

En el texto, se muestran preocupados por el hecho de que algunos padres  y madres “se arroguen la representatividad de todes y convoquen concentraciones en plena alerta epidemiológica, escudados en la lucha por lo que llaman un «bien supremo»”.

Reconocen que “la educación es un derecho humano básico y fundamental que los Estados deben garantizar buscando las mejores formas en las muy diversas circunstancias históricas”, y entienden que “la situación empeora cuando los responsables del Estado no se posicionan condenando actitudes que ponen en riesgo a la comunidad y permiten que se instale un falso debate dándole visibilidad y peso a quienes gritan más alto utilizando influencias mediáticas o económicas para imponer una visión de la situación que desconoce criterios epidemiológicos, sanitarios e incluso sociales de la delicada situación que nos toca transitar como humanidad”.

La propuesta

 

Luego de analizar la situación y la importancia de que vivimos en una comunidad donde nos cuidamos entre todos, sugieren “trabajar sobre distintas formas de sostener la educación en pandemia sumando a sindicatos, especialistas en educación y docentes, en equipos que garanticen que quién lo necesite acceda a la virtualidad y quién lo necesite pueda tener un seguimiento educativo más personalizado”.

Señalan que “se podría garantizar conectividad en todas las escuelas, así como también fortalecer la educación y lo educativo con la misma seriedad con que se tomó el fortalecimiento del sistema de salud”.

“Nos preguntamos –insisten– qué otras acciones son posibles para fortalecer la educación en pandemia aparte de la vacunación a la docencia. Nuestros hijos e hijas no están vacunados, todos deberíamos estarlo lo antes posible, y pueden contagiarse y contagiar como ya está demostrado que sucede, así como también enfermar como también está aconteciendo en esta segunda ola”.

“Consideramos que, si se va a adoptar el sistema de presencialidad nuevamente, incluso desconociendo recomendaciones nacionales, deberán garantizarnos en un cien por ciento que nuestros hijos e hijas no van a infectarse, enfermarse o perder la vida”, piden a las autoridades.

Remarcan que necesitan que “se escuche esta opinión”, ya que no saldrán a la calle a exponer a sus hijas e hijos para ser escuchados, pero quieren que se sepa que “hay otra voz que no parte del individualismo y la necedad, que tiene la intención de trabajar en propuestas superadoras donde todas y todos estén incluidas e incluidos”.

Por todo lo anteriormente expuesto, plantean una propuesta que contemple “un sistema de presencialidad optativa”, en el cual puedan enmarcarse las familias que quieren cuidarse, pudiendo resolver cada familia si desea enviar a niñas y niños a la escuela o no.

Por último, aseguran que quienes integran el grupo se harán responsables de sostener el lazo de sus hijas e hijos con la institución escolar, y se comprometen a que vuelvan a la presencialidad cuando la situación epidemiológica mejore.