Uruguay sigue atravesando una profunda crisis de disponibilidad de agua que amenaza con dejar sin este recurso a varias regiones del país. Las reservas de agua bajaron 199.869 metros cúbicos en Paso Severino en tan solo dos días, ubicándose el domigo en el mínimo histórico de 1,25 millones de metros cúbicos.

De acuerdo con lo informado por el diario El País, la reserva de agua tiene una capacidad de 67 millones de metros cúbicos, por lo que actualmente contaría con un 1,87% de su reserva, y el panorama no es alentador dado que no se esperan lluvias significativas en el corto plazo. Si la situación no mejora, en solo un par de semanas el agua que saldrá por las canillas de los hogares del área metropolitana no será bebible.

El embalse de Paso Severino tenía una superficie de 1.487 hectáreas cuando la represa funcionaba por encima de su cota de 36 metros, según datos de Obras Sanitarias del Estado (OSE), la empresa estatal que suministra agua potable en Uruguay.

"Tenemos anomalías positivas de precipitación en la primavera. Eso haría pensar que en septiembre comienzan las lluvias abundantes y recurrentes. Vamos a observarlas primero en toda la zona norte y noreste del país. Lamentablemente no va a llover primero en el sur, sino en Artigas, Rivera y Salto. Entonces tendríamos que decir que va a empezar a normalizarse de norte a sur la situación. Y que la última cuenca en regularizarse sería la del Santa Lucía", apuntó en diálogo con el medio uruguayo el meteorólogo Mario Bidegain.

No obstante, otros pronósticos anticipan una situación que se extenderá durante más tiempo.

Nubel Cisneros, otro meteorólogo, advirtió que "en su principio se preveía que en la primavera podríamos tener lluvias importantes, pero las tendencias ahora estarían indicando que las lluvias importantes, para suplir ese déficit hídrico que tenemos y sobre todo en la zona de la cuenca del río Santa Lucía, comenzarían a llegar por el mes de diciembre aproximadamente".

Meteorólogos advirtieron que las lluvias podrían demorarse más de lo previsto.

Por estas horas la atención está puesta en el estado del embalse sobre el río Santa Lucía Chico, ubicado a unos 90 kilómetros al norte de Montevideo y que abastece a la capital y alrededores, donde viven unos 1,8 millones de personas.

En esa represa el agua dejó de escurrir sobre el vertedero y descendió varios metros por debajo, mientras que el caudal controlado que fluye hacia la usina potabilizadora, situada 35 kilómetros río abajo, apenas salpica las rocas enfrente.

La represa fue inaugurada el 30 de octubre de 1987 y por su construcción se generaron anegamientos en los terrenos aledaños. Debido a la crisis hídrica actual, en la zona aparecieron puentes que habían quedado sumergidos por aquellos años y que hoy forman parte de un paisaje de barro agrietado.

La sequía dejó al descubierto puentes que llevaban décadas bajo el agua en la zona de Paso Severino.

Julio Sánchez, un productor rural retirado de 78 años que además integra un grupo de historiadores locales, recordó sequías anteriores y sostuvo que nunca había visto algo similar a lo que se está dando este año. "Pasé por Canelón Grande y realmente eso asusta", dijo sobre un embalse cercano que aportaba agua para Montevideo y que se agotó en marzo. 

Emergencia hídrica

El Gobierno de Uruguay decretó la emergencia hídrica en el área metropolitana de Montevideo el 20 de junio, tras más de siete meses de sequía, medida que incluye la eliminación de impuestos a la importación de agua embotellada.

En conferencia de prensa, el presidente Luis Lacalle Pou anunció la creación de infraestructura destinada a aumentar el volumen de agua que llega a la capital.

Entre las obras se destacan un embalse en el río San José, como también el fortalecimiento del sistema de conducción de agua. Además, aseguró el jefe de Estado, se mantiene el abastecimiento de agua gratuito para poblaciones vulnerables y el dirigido a hospitales, residencias de ancianos, guarderías y centros familiares, las oficinas del Instituto de la Infancia y la Adolescencia (Inau).

A su vez, Lacalle Pou advirtió sobre un posible deterioro de la calidad del agua de la canilla. "No se va a cortar el suministro del agua, lo que puede pasar es que haya un agua de peor calidad" que la actual, precisó.

La obra del embalse en el río San José "va a llevar 30 días", aclaró el mandatario el jueves pasado, y también agregó que si no se registran lluvias habrá "un lapso en el cual el agua no será bebible", aunque sí podrá utilizarse para "lavar", "bañarse" y tareas de "saneamiento".

Para paliar la falta de precipitaciones, OSE ha estado mezclando desde hace dos meses el agua de Paso Severino con otra de cursos cercanos al Río de la Plata, desde donde el agua llega con un mayor contenido de sal por provenir del estuario.

Esto obligó a un aumento temporal de los niveles máximos de cloruro y sodio permitidos para el agua de OSE, vigente hasta el 20 de julio. Según el último informe diario, en una línea de bombeo del área metropolitana esos niveles estaban por encima de lo autorizado.