Verbano, la única empresa del país que fabrica porcelanas ya no lo hace más. La producción está totalmente parada y su dueña, que vive en Portugal busca venderla. En medio quedan los 120 trabajadores de la firma y sus familias. Y todos los que depende de esta icónica empresa en la vecina Capitán Bermúdez.

“No somos 120 trabajadores, somos 120 familias”, corrigió Daniela Resumi, empleada de Verbano y delegada del sindicato de ceramistas, sobre lo que está en juego si se cierra la empresa. Y no sólo eso, sino una pieza esencial del cordón industrial y la única fábrica del país que todavía producía porcelana de calidad.

En contacto con el programa A diario (Radio 2), Resumi explicó que además de la pandemia actual, que sacó de juego a sus principales clientes –bares y hoteles– la empresa sufrió varios golpes en el último tiempo: la competencia de productos importados a menor precio y los tarifazos de los servicios.

Y, fundamentalmente, la muerte del dueño el año pasado y el desinterés de la heredera e continuar con el negocio. Hace 20 años que Verbano está en manos portuguesas y la nueva titular pretende vender la empresa por eso, dejó de invertir y se paró toda la producción.

Para Resumi, es llamativa esta decisión ya que la diferencia cambiaria entre el peso y el euro hace suponer que mantener Verbano no sería un gran esfuerzo: son 120 empleados cuyos sueldos rondan los 50 mil pesos. “Y la pandemia va a pasar en algún momento”, razonó.

Actualmente solo funciona la administración mientras se terminan de vender las piezas de cerámica que quedan. Y los trabajadores rezan por la aparición de inversores que quieran hacerse cargo de continuar con la producción.