Durante la última semana, la provincia de Santa Fe registró 800 nuevos casos confirmados de dengue, cifra que elevó el total a 2.532.

Como en relevamientos anteriores, hay mayor incidencia en los departamentos General Obligado (con Reconquista y Avellaneda a la cabeza), Castellanos (Rafaela, sobre todo) y Rosario, con epicentro en la misma ciudad, y se suman nuevas localidades que antes no presentaban casos.

La directora de Epidemiología de la provincia, Carolina Cudós, advirtió que la realidad de Santa Fe se inserta en el contexto del país y la región. “A nivel nacional ya estamos en una cifra récord con más de 14 mil casos confirmados y sabemos que van a ser más”. La explicación es simple: faltan uno o dos meses con temperaturas cálidas o agradables que favorecen la reproducción del mosquito, por lo que “ya estamos superando lo que fue 2016 que fue récord” en cantidad de casos de dengue.

La funcionaria destacó que desde antes del comienzo del verano se trabaja en tareas de descacharrado, prevención y educación ambiental y, en enero, cuando se registraron los primeros casos que eran importados, se abordó fuertemente esa tarea en Santa Fe. Sin embargo, el contexto regional no colabora y así como el país atraviesa un fuerte brote de dengue (con Misiones y Formosa entre las provincias más afectadas), la enfermedad está muy presente fuera de sus límites, no solo en Brasil sino también en Perú y Paraguay.

"Cuantos más casos tengamos más posibilidades habrá de que más gente fallezca. Es lo que pasó este año: nunca antes habíamos tenido muertes por dengue y ahora tenemos que lamentar el fallecimiento de tres personas”, señaló.

Sobre la propagación de la enfermedad en el norte y el oeste de la provincia, Cudós explicó que “son regiones con mucha cantidad de mosquitos, dentro de las cuales hay ciudades como Rafaela, que nunca había tenido un brote, y cuando eso ocurre cuesta más saber qué medidas se deben tomar, y otras ciudades como Reconquista, que ya tuvieron brotes con anterioridad”.

La funcionaria destacó que la responsabilidad primera es de municipios que muchas veces se apoyan en voluntarios, bomberos, y el Samco que acompaña en la búsqueda de pacientes febriles: con la pandemia por coronavirus (y el aislamiento social obligatorio) ocurrió que mucha gente que trabaja en dengue no pudo salir por estar en grupo de riesgo, tener más de 60 años o por otras razones. Sin embargo, Cudós reconoció que “puede ser una razón pero no la única: la principal es que tenemos muchos mosquitos en todo el territorio provincial, y muchos viajeros a los lugares que ya tenían dengue”, lo que provocó una gran dispersión de la enfermedad.

Advirtió que en general el pico de dengue se da para esta época del año y aún restan varias semanas de calor. Por eso, pidió a la población que todos los días se tome unos minutos para limpiar su vivienda de los posibles lugares de reproducción de mosquitos. Que eviten la acumulación de agua y de basura que pueda llegar a ser criadero de mosquitos. También se recomienda tapar o dar vuelta recipientes que contengan agua, revisar las canaletas y tanques de agua, cambiar a diario el agua de las mascotas y mantener limpios los patios.