En Tandil, las autoridades de un geriátrico privado idearon una novedosa y curiosa forma para “recuperar” los abrazos. Los familiares, desde el exterior, introducen sus brazos en mangas de plástico y de esa manera pueden acariciar a los ancianos que están allí alojados y que no pueden salir por estar en el grupo de mayor riesgo ante el hipotético contagio de coronavirus.

Anahí, dueña del establecimiento privado, contó emocionada en Telenoche (El Tres) cómo son esos encuentros, después de varios meses sin contacto físico entre familiares.

Por ejemplo, contó que una mujer alcanzó a decirle a su hija “pensé que no te iba a ver más”.

A partir de esta experiencia exitosa, es posible que otras instituciones de cuidado de adultos mayores la empiecen a implementar.