En medio de una paulatina recuperación, que podría tener otro bache durante el invierno entrante, el río Paraná presentó este domingo su nivel más alto en lo que va del año y en el puerto de Rosario alcanzó los 2,13 metros.

Así lo precisan los registros de Prefectura, que muestran el pico anterior de 2022 en 2,08 metros, los pasados 24 y 25 de abril.

El Paraná mantiene así una tendencia de crecimiento desde fines de febrero aunque el Instituto Nacional del Agua (INA) aseguró que podría volver a bajar y deberá ser monitoreado al menos hasta el 31 de julio próximo.

La bajante histórica que afecta ese curso de agua tuvo su inicio en marzo del 2020 y desde el mismo mes del año pasado el descenso de las aguas se incrementó y provocó notorios cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social vinculada al río.

Además de los niveles, lo histórico de esta situación es la extensión en el tiempo, ya que no se tienen registros de una merma tan pronunciada y por más de dos años sin recuperar los valores promedio para cada mes.

Para avizorar una mejoría del caudal del río, debería normalizarse, primero, el patrón de la lluvia en las cuencas y luego monitorear la evolución de la humedad del suelo en esa región para poder luego pensar en una recuperación sostenida.