El gobierno de Dinamarca anunció el pasado jueves que los barbijos dejarán de ser, desde el próximo lunes, de uso obligatorio en interiores y que sólo se exigirán para pasajeros de transporte público que vayan parados. Eso hasta el 11 de septiembre. A partir de esa fecha, nadie tendrá que ponerse un barbijo obligatoriamente en ese país.

El gobierno danés anunció también una larga lista de eliminación de restricciones, ampliación de horarios de la hotelería y la eliminación progresiva del certificado digital que prueba que una persona ya fue vacunada, pasó la enfermedad o tiene un PCR negativo de no más de 72 horas de antigüedad.

El escandinavo es el primer país europeo que elimina la obligación de usar los barbijos en interior, algo que otros empiezan a hacer en exteriores por primera vez en más de un año.

El fin del uso del barbijo en la ‘capital’ europea llegó prácticamente sin anuncios y en estos tres primeros días poco a poco se empieza a ver cada vez más gente que no lo usa, aunque muchos parecen haber tomado la costumbre porque aún se ve a una cantidad de personas con boca y nariz cubiertas.

El primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo pidió el pasado miércoles en un corto video a los ciudadanos que fueran responsables y, a la vez, que disfrutaran ante la llegada de un verano que se espera sin apenas restricciones.

La incidencia del virus sigue cayendo, los ingresos hospitalarios se reducen cada día y la media de fallecimientos de la última semana es de 12 personas cada día, lejos de las 200 y 300 que morían cada 24 horas en Bélgica en los peores días de la pandemia.

Según Clarín, el 8 de mayo se permitió que los bares y restaurantes abrieran sus terrazas pero no sus espacios interiores. Eso llegó este miércoles, con la ampliación de horarios de la gastronomía para que puedan abrir desde las 5 de la mañana hasta las 23.30.

También se flexibilizó el teletrabajo –se permite ir un día a la semana a la oficina- y, por primera vez en más de un año, desde esta semana pueden abrir gimnasios o cines. Casi el 55% de los adultos belgas ya recibió al menos una dosis de vacuna.