Un grupo de emprendedores de Santa Fe, entre los que participa el municipio local, fabricó 300 máscaras protectoras de acrílico y acetato para resguardar a los trabajadores municipales que deban volver a sus tareas, en el marco de la pandemia de coronavirus, y prevé fabricar otras 1.200 para otros prestadores públicos. En Rosario ya se hizo algo similar.

Se trata de Capital Activa, de la que participan instituciones como las universidades del Litoral, Católica y Tecnológica, además de organizaciones industriales, bursátiles y comerciales, que a partir de la necesidad de generar insumos de protección diseñó un modelo de mascarilla "que sirva para abastecer en cantidad, en poco tiempo y de buena calidad".

El municipio informó que "la intención es poder suministrarlas también a otros sectores prestadores de servicios públicos y así ir llegando a la ciudadanía en general".

El diseño pertenece a Camila Picco, quien explicó que en primer lugar se obtiene la parte superior de la máscara con una cortadora láser, que a la manera de vincha posee un sistema de encastre para luego colocar la barrera protectora, que es de acetato transparente.

Luego, mediante un programa computado se lleva adelante un dibujo previamente establecido y que ahorra tiempo en comparación con las impresoras 3D.

El siguiente paso es cortar el acetato transparente con el largo y ancho correctos para cubrir la cara y luego encastrarlo en la vincha, que se sujeta con un elástico para sostener la máscara en la cabeza.

Una vez armado y, para finalizar, se adhiere un instructivo sobre cómo se coloca y qué materiales posee, además de consejos preventivos.

Rosario también

 

En Rosario, coordinados por la Municipalidad, una red de empresas, escuelas técnicas, organizaciones profesionales y voluntarios produjeron 300 máscaras protectoras que entregaron a fin del mes pasado a la Secretaría de Salud.

Fue el primer envío de protectores faciales, mientras que en los días siguientes entregaban varios cientos de unidades más.