Tras los últimos hechos de violencia en Rosario y la polémica por la decisión del gobierno nacional de instalar fibra óptica en el penal de Marcos Paz, el fiscal general de Santa Fe, Jorge Baclini, destacó la importancia de esta intervención para realizar audiencias dentro de los penales y minimizar los peligros de los traslados. Apuntó a un mayor control del Servicio Penitenciario sobre el uso de celulares entre los detenidos, y de la policía en la calle para frenar el mercado negro de teléfonos robados que terminan en manos de presos. Ademñas, pidió más fiscales.  

En contacto con el programa De boca en boca (Radio 2), para el jefe de fiscales, ponderó "la instalación de la fibra óptica para las audiencias virtuales” que evita traslados y reduce gastos.

"Ahora si la fibra óptica potencia el uso de la telefonía celular, es crítico –advirtió– porque evidentemente lo fomenta, no tengo claro el aspecto técnico, si es así, obviamente hay que establecer limitaciones necesarias, especialmente inhibidores de señal” . 

Al respecto fue contundente: “No podemos permitir que se sigan usando los teléfonos celulares sin control y abiertamente en las cárceles provinciales o federales porque desde muchos de esos teléfonos se ordenan delitos”. 

En relación a la comunicación de los detenidos con el exterior, Baclini apuntó que “debe ser regulado por teléfonos fijos y controlados por el sistema penitenciario” teniendo en cuenta que “hoy vemos un aumento progresivo y exponencial de extorsiones y balaceras y otro tipo de ejecuciones que son generados desde órdenes de la cárcel”.

Recordó que muchas "primeras y segundas líneas” de las principales agrupaciones criminales “están detenidas con condenas altas", por lo que parece no importarles sumar penas por otros delitos.  

“Hace muchos años que viene sucediendo esto en las cárceles, no empezó ayer y hay que actuar", reclamó.

Sobre la prevención de los delitos de la calle, Baclini consideró importante la presencia policial y dijo que si bien ahora se nota más patrullaje, se debe reforzar y atender, sobre todo, a los delitos que se repiten, entre ellos, el robo decelulares. 

Finalmente, Baclini pidió más fiscales: “El año pasado se hicieron nombramientos después de tres años, hubo un concurso e ingresaron muchos pero paradójicamente muchos otros se fueron a nuevos cargos, lo que significó que no aumentaron el número real, sino que se reduce”. 

Además, apuntó: “Faltan verdaderos empleados y encima generar una policía judicial como la de Córdoba que nos permita al Ministerio Público de la Acusación, trabajar en determinados hechos delictivos con una policía dependiente del fiscal”.