El 24 de febrero de 2022 comenzó la invasión de Rusia a Ucrania. Ese día, dos maestras de la escuela Juan Gregorio de las Heras, de Coronel Bogado, dieron el puntapié a un proyecto sobre educación ambiental como “alternativa” a un mundo en guerra.
La iniciativa de las docentes Cecilia Giuliante e Ivana Chazarreta consistía en convocar a sus alumnos de sexto grado a “sembrar el pueblo de mariposas”. Para ello, era primordial “vigilar” todo el proceso. Así, hasta que los insectos encontraran su forma desarrollada, ellos serían “los guardianes”.
“La educación ambiental es la principal herramienta para contribuir a la construcción de un presente y futuro sustentables y una sociedad más justa y equitativa. Por eso es fundamental promover instancias de aprendizaje sobre la materia, para conocer diversas maneras que existen para proteger nuestro hogar común y a las especies con las cuales convivimos", explicaron Giuliante y Chazarreta en los “fundamentos” del proyecto presentado en la institución educativa santafesina.
Las maestras explicaron a Rosario3 que todo comenzó con tres orugas y algunas plantas hospederas en el aula. Durante las primeras semanas, los alumnos “veían cómo crecían y se alimentaban”. Tanto la situación como las tareas de cuidado despertaron la curiosidad de otros grados, docentes y asistentes escolares.
El interés trascendió el espacio escolar: los alumnos permanecían conectados en un grupo de WhatsApp, compartiendo fotos de otros lepidópteros que veían en sus casas.
En paralelo, “los guardianes” se organizaron en equipos de trabajo para armar afiches, seleccionar el registro fotográfico, dibujar la metamorfosis y realizar videos y flyers en los que convocaban a amigos y familiares a ser parte del sembradío.
Hasta que un día, las orugas comenzaron el proceso de transformación: se habían convertido en crisálidas.
La llegada del otoño los obligó a buscar espacios cálidos para que la metamorfosis llegara a su fin. Las pupas cambiaron de color y, de pronto, la latencia de la vida hizo posible el despliegue de las alas de una primera y bella mariposa monarca.
Entre el asombro y la ansiedad, alumnos y docentes asistieron en horario escolar (y fuera de él) a la lucha de aquellos insectos que fueron haciendo su proceso. Aunque estos no pudieran volar, “la tarea les enseñó que la vida vale en todas sus formas y que la naturaleza dispone”.
La tarea escolar que devino en comunitaria
Con el tiempo, el proyecto dejó la escuela para extenderse a la comunidad.
Los alumnos de tercer grado fueron los encargados de regar plantines hospederos. Los de quinto y sexto, convocaron a los padres para la construcción de canteros y “los guardianes” de séptimo estuvieron a cargo la custodia.
En la actualidad, no solo se mantienen los primeros canteros sino que se sumaron nuevos árboles para albergar a otras mariposas.
El objetivo inicial de sembrar mariposas en un pueblo de 3 mil habitantes, ubicado a 49 kilómetros de Rosario, se cumplió.
Este proyecto no terminó con la despedida de los alumnos del colegio: la idea es que los guardianes de las mariposas permanezcan en Coronel Bogado para custodiar la presencia de este importante polinizador.
De este modo, esos primeros estudiantes, ya egresados, aprendieron y replicaron en sus vidas las palabras del poeta brasileño Mario Quintana: ”El secreto no es correr detrás de las mariposas, es cuidar del jardín para que ellas vengan hacia ti".



