Científicos brasileños y británicos estaban explorando el fondo marino alrededor de una meseta volcánica denominada Rio Grande Rise en 2018 cuando encontraron evidencia de la isla. La subida del Río Grande se encuentra a unos 1.200 kilómetros de la costa sureste de Brasil. La isla, que se estima que tiene aproximadamente el tamaño de Islandia, existió hace unos 45 millones de años. Los hallazgos fueron compartidos en un estudio reciente publicado en la revista Scientific Reports.

Los investigadores creían que la isla se formó a partir de la actividad volcánica y navegó a la deriva a través del Océano Atlántico antes de hundirse finalmente bajo las olas. Una expedición reciente confirmó la existencia de la isla mediante el descubrimiento de arcilla roja, signo de suelo tropical.

La arcilla fue vista en un video capturado por un sumergible operado de forma remota que nadó aproximadamente a 640 metros debajo de la superficie. "Simplemente no se encuentra arcilla roja en el fondo del mar", dijo el biólogo marino Bramley Murton, que participó en la expedición. "Los depósitos parecían suelos tropicales", agregó Murton.

El lugar fue hallado por casualidad.
El lugar fue hallado por casualidad.

El equipo explicó que la composición mineral de la arcilla sólo podría haberse formado en un entorno tropical caracterizado por calor y humedad: "Imagínese una exuberante isla tropical deslizándose bajo las olas y congelada en el tiempo. Eso es lo que hemos descubierto", dijo Murton.

Este descubrimiento proporciona nuevos conocimientos sobre la historia geológica de la región. Además, los hallazgos podrían ayudarnos a comprender mejor los procesos que dan forma a las tierras de la Tierra, según publicó el medio británico The Sun.

Sobre el río Grande

La subida del Río Grande se remonta a 80 millones de años y "comenzó su vida como una versión Cretácica de Islandia", dijo Murton. Provino de una columna gigante de roca caliente llamada columna del manto, que impulsó intensas erupciones volcánicas en las profundidades de la cordillera del Atlántico medio.

Esta ardiente actividad dio origen a la enorme meseta volcánica que con el tiempo se desplazó hacia el oeste a través del Atlántico. "Se formaron en las placas tectónicas de América del Sur y África, respectivamente, por la pluma del manto Tristan-Gough situada debajo o muy cerca de la Cordillera del Atlántico Medio (MAR) durante el Cretácico Superior", se lee en el estudio.