En su peor mes de la pandemia, Irán superó este domingo una vez más los 2.300 casos diarios y alcanzó un total de 9.600 muertes totales por coronavirus, un brote que el gobierno ya advirtió podría alargarse hasta 2022.

El Ministerio de Salud iraní contabilizó 2.368 afectados en las últimas 24 horas, lo que elevó el total de casos a 204.952, confirmando al país como el más golpeado en Medio Oriente.

El número de fallecidos desde el sábado es de 11 y el total es de 9.623, según el balance que informó el vocero del ministerio, Sima Sadat Lari, según la agencia oficial de noticias iraní IRNA.

Irán no logra bajar los números de casos diarios ni de decesos desde hace una semana y atraviesa su mayor rebrote desde el inicio de la pandemia.

En medio de ese contexto difícil, el ministro de Salud, Said Namaki, estimó que el virus seguirá golpeando al país hasta 2022.

"Tendremos que vivir con esto durante otros dos años", lamentó Namaki, que comparó el coronavirus con un animal "que muerde y da coces", según la agencia de noticias semioficial Isna, citada por Europa Press.

De los afectados, 2.887 se encuentran en estado crítico y las provincias de Juzestán, Hormozgán, Kermanshah y Azerbaiyán Oriental se encuentran en alerta roja.

Pese al aumento de las cifras, Irán continúa con su reapertura gradual.

El presidente del país, Hasan Rohani, reconoció a principios de mes que "no quedaba más remedio" que reabrir la economía, aunque pidió a la población que siga haciendo un esfuerzo de solidaridad a la espera de una vacuna.

Irán registró sus primeros casos de coronavirus el 19 de febrero, y desde entonces ha extremado esfuerzos para contener el brote.

A principios de mayo, Irán tuvo su menor número de infecciones en dos meses, pero desde entonces la curva de contagios ha seguido una trayectoria ascendente.