La flamante fiscal general de la provincia, María Cecilia Vranicich, definió como prioridades de su gestión el trabajo con las víctimas y la persecución penal de los homicidios y hechos de violencia cuya génesis son las bandas narco-criminales. También la de fortalecer la Policía de investigaciones (Organismo de Investigaciones) que hoy tiene “una enorme debilidad institucional” y no opera con su capacidad total por la “falta de personal especializado” pese a contar con nuevos equipamientos tecnológicos. Cree que frente a esta compleja conflictividad social, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) debe tener una impronta “dinámica” y dar respuestas investigando de manera estratégica ante el cambio de la lógica delictiva. Con respecto a la labor de los fiscales, dijo que “deben ser prudentes y transparentes”, trabajar de forma “independiente y autónoma” e investigar “a todos, sea quien sea”.

Vranicich asumió el jueves pasado después de haber sido elegido su pliego por el gobernador y aprobado por la asamblea legislativa tras un concurso que la dejó en una terna entre de los más destacados. Viene de desempeñarse al frente de la Auditoría del Ministerio Público y participó de la gestación del sistema acusatorio en la provincia. Trabajó junto al ex ministro de Justicia, Héctor Superti, y llegó de su mano al Ejecutivo durante la gestión de Hermes Binner.

Vranicich asumió el jueves pasado.

Habló a solas con Rosario3.

-¿Cuáles serán los principales ejes de la gestión?

-Primero, trabajar en conjunto con las víctimas del delito. El MPA debe estar al servicio de las víctimas, su eslogan institucional es que las víctimas forman parte y tiene que ser el garante del ejercicio de sus derechos. Una de las acciones inmediatas es convocar a las organizaciones de víctimas para trabajar en una agenda de trabajo en común. Y esa agenda la vamos a delinear en conjunto para que ellos planteen los puntos importantes a trabajar.

También vamos a trabajar en la reglamentación interna como guía de actuación de la nueva ley sobre derechos y garantías de las víctimas. Un segundo lineamiento es, en base a la facultad y obligación del fiscal general, priorizar la persecución penal. Más que una decisión es una imposición de la realidad social. Vamos a priorizar la persecución de los delitos de violencia altamente lesiva en grandes centros urbanos como homicidios y hechos con heridos de arma de fuego cuya génesis son las bandas y organizaciones de crimen organizado.

Hay que fortalecer y acompañar a las fiscalías regionales viendo cuáles son sus fortalezas y debilidades, acompañando con recursos y lógicas distintas para mejorar. Y además trabajar con el Ministerio de Seguridad para fortalecer la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

-Los ciudadanos sienten que los hechos delictivos que no son homicidios no se investigan. Los robos, arrebatos, salideras quedan como un expediente más de los que nadie se ocupa salvo en algunas ocasiones especiales…

-Esto tiene que ver con el primer lineamiento de la respuesta anterior y es la falta de comunicación hacia las víctimas, eso genera la sensación de que no hay respuesta y queda trunco llegar con más empatía hacia las víctimas.

También es real que el MPA como cualquier agencia del Estado tiene recursos limitados y es imposible dar respuesta a todo. Algunas áreas deben ser mejoradas como las de respuestas alternativas a los conflictos mediante una conciliación, una mediación o suspensión de juicio a prueba.

-¿Faltan recursos en el MPA para afrontar estos niveles de violencia y conflictividad social?

-La conflictividad es mayor desde cuando empezó el MPA y la lógica del delito que opera hoy es más violenta. El Ministerio Público debe organizarse e investigar respecto a esa lógica distinta del crimen actual.

La Fiscalía Rosario ya viene organizando de manera inteligente y no burócrata su trabajo. Es necesario pedir recursos en las áreas que se requieran y hay que hacerlo bajo esa lógica. En algunos espacios tal vez se necesiten más investigadores o empleados administrativos y no tanto más fiscales, y en otras será distinto.

-¿Y con respecto a la Policía de Investigaciones?

-Eso es clave y requiere de un trabajo en conjunto con el Ministerio de Seguridad. El Organismo de investigaciones es un órgano de apoyo que tiene el MPA y debe funcionar con investigadores que dependan de éste. Es necesario conformar un Organismo de investigaciones propio, y a eso lo asumo con mucha responsabilidad y preocupación.

Hoy está conformado por policías en comisión de servicio, con contratos, y tiene una enorme debilidad institucional. No se pueden marcar criterios específicos o disciplinarios. Cuenta con equipamiento tecnológico, aunque no opera al 100 por ciento de su capacidad ya que adolece de personal capacitado para ello. Y no tiene un director provincial que pese a que depende del fiscal general requiere de un cargo así. Es muy delicado su funcionamiento.

Un contexto violento y de alta conflictividad

 

-¿Cuál es la responsabilidad del MPA frente a este grado de conflictividad social y alta violencia?

-La responsabilidad que tiene es doble. Entiendo que desde un pasante hasta el fiscal general tenemos que tener un compromiso doble.

 -¿El sistema es el adecuado para afrontar esta realidad de violencia y conflictividad? ¿Este sistema no estuvo pensado para otra realidad?

-Hay que ajustar en razón de la realidad actual. El sistema acusatorio adversarial procede por mandato convencional y  constitucional. Es un paraguas cuyos mecanismos hacia abajo se van adecuando a la realidad social.

El edificio del Centro de Justicia Penal se diseñó con ventanales y estructuras para mostrar transparencia y visibilidad, pero fue pensado allá por el 2008. Ahora si se lo mira retrospectivamente nunca nadie se imaginó que íbamos a tener este grado de conflictividad. Hoy resulta ilógico pensar un edificio así por eso hay que ir adecuándolo. Eso sí, no tenemos que volver a una Justicia oscura y volver para atrás. Más allá de que nadie tenía en la mira una realidad así, eso no implica que tenga que regir otro sistema.

Ha cambiado la lógica delictiva, debe cambiarse la lógica de la investigación, hacerlo estratégicamente. No es lo mismo investigar un homicidio como en el 2014 -cuando empezó el sistema acusatorio- cuando hoy la mayoría de esos homicidios ocurren en el marco de una lucha entre bandas relacionadas con la narco-criminalidad.

-¿No se vio cuando se creó el MPA que íbamos a tener un aumento de la violencia y la narco-criminalidad?

-A la criminalidad actual hay que hacerle frente con un sistema aún nuevo, que busca consolidarse y debe ser aggiornado. Creo que no se pensó y nadie llegó a prever esto. El MPA se pensó desde un escenario como el de los años 2008, no se pensó desde un escenario como el de hoy. Ningún actor, ciudadano o funcionario llegó a prever esto.

-¿De qué manera debe encararse la relación con los otros poderes de Estado y la Justicia federal?

-Es necesario un trabajo en conjunto bajo circuitos formalizados con el Ejecutivo respetando la función y la incumbencia de trabajo de cada uno. Y con la Justicia federal se impone también un trabajo en conjunto -como ya se viene haciendo- ya que las investigaciones sirven a cualquiera de los dos actores porque son las mismas bandas. De lo contrario, no vamos a ser eficientes y es una señal de madurez institucional entre todos hacia la población ya que el Estado es uno sólo. No podemos decir que un hecho no se puede investigar porque le corresponde a otro.

El trabajo de los fiscales

 

-En un reportaje tras su asunción dijo que los fiscales tendrán que trabajar más allá de la una del mediodía.

-Es que me he formado desde una lógica de trabajo de la profesión liberal y no del Poder Judicial tradicional, y después el paso por el Poder Ejecutivo. El MPA debe tener una impronta dinámica para dar respuesta a una conflictividad extrema, todos los integrantes debemos estar al servicio. Ahora muchos integrantes del Ministerio Público ya tienen esa lógica de trabajo y eso se ve.

-¿Cómo se va a trabajar la exposición pública de los fiscales? Hoy vamos desde fiscales que tienen una altísima exposición y otros a quienes no se los conoce.

-Esto tiene que ver con los lineamientos de la gestión que expresé en el concurso y está relacionada con la política de comunicación. Hay un trabajo para hacer allí. La respuesta debe ser uniforme, pensada en forma estratégica, bajo ciertos lineamientos específicos que deben actualizarse y trabajarse.

Los fiscales deben asumir la prudencia, tenemos que rendir cuentas como cualquier funcionario público y estamos obligados a informar de nuestro trabajo y ser transparentes. Pero hay que hacerlo con objetividad e independencia. No hay otra forma de cumplir ello sin ser prudentes. Y eso se va a trabajar junto a las fiscalías regionales.

-¿Cómo juegan los antecedentes de fiscales que fueron removidos y hasta incluso procesados por sus vínculos con el delito?

-Los fiscales deben cumplir un rol objetivo en la comunicación y en su trabajo, hacerlo de manera autónoma e independiente, regidos por principios de igualdad para investigar a todos del mismo modo. Entiendo que el MPA ha dado respuestas cuando algunos de sus miembros estuvieron involucrados en un hecho delictivo, no sólo se los investigó sino que se hicieron procedimientos disciplinarios y fueron removidos. No sólo en Rosario hubo fiscales removidos, también en Venado Tuerto y Reconquista. Los fiscales como funcionarios públicos tienen un plus de responsabilidad institucional y para ello vamos a fortalecer el trabajo de la Auditoría desde donde vengo.

-¿Qué análisis hace sobre las pujas que hubo con sectores de la política como fue el denominado caso Traferri?

-El MPA tiene que trabajar bajo el principio de igualdad, sea quien sea, tiene que ser investigado. Pero debe tener prudencia para comunicar determinadas cuestiones.

Algo personal 

 

-En lo estrictamente personal, ¿cómo toma ésta nueva etapa?

-Es parte del proceso natural de mi vida profesional, incluso lo dije en el concurso. Es la evolución de mi trabajo desde que empecé en la facultad como ayudante alumna en Procesal Penal, la pasantía en la cárcel de Coronda, el trabajo en el estudio de (Héctor) Superti que tiene especialidad en Penal, mi paso por el MPA, mi concurso en la Auditoría y ahora en la Fiscalía General. Es la evolución de mi trabajo.

Por supuesto que personalmente estoy contenta, pero soy consciente de la enorme responsabilidad y me gana la preocupación por el lugar que ocupo.

-¿Cambia la vida un lugar así?

-Cambia la logística familiar ya que voy a estar en las diferentes fiscalías y en Santa Fe. Son lugares que requieren de contención familiar y templanza, y por suerte los tengo.