El robo de las históricas placas de bronce de la iglesia María Auxiliadora ubicada en pleno centro de la ciudad, causó enojo y decepción en parte de la comunidad católica. Es que por fuera de lo material, las piezas tenían un enorme valor sentimental ya que tenían más de cien años.

Pero este sábado por la mañana la situación tuvo un giro inesperado y el final podría decirse que es felíz. “Hoy vino una señora y nos contó que tenía en su poder las placas. Ella tiene un negocio de antigüedades y se las compró a un hombre en situación de calle que le dijo que se las había regalado un padre que estaba demoliendo una capilla”, relató Luciano, encargado del templo en diálogo con El mejor día de la semana (Radio 2).

Según les detalló la mujer primero se negó a adquirir estas placas. Pero ante la insistencia del hombre, que tenía unos 40 años, terminó comprándolas por 40 mil pesos. “Se enteró por los medios que pertenecían a la parroquia y ante la duda tenía miedo de traerlas pero después se decidió traerlas”, señaló el responsable de la María Auxiliadora.

Así lucía la puerta de la iglesia antes del robo de las dos placas inferiores.

“Nosotros estamos muy agradecidos y le devolvimos el dinero que ella pagó porque para nosotros tiene otro valor por lo que eso no era problema. Lo bueno es que ya las recuperamos y ahora tenemos qu. ver cómo vamos a hacer para colocarlas y qué seguridad le vamos a brindar ya que nos dimos cuenta que son vulnerables estas puertas”, reconoció Luciano.

De acuerdo al cálculo que habían hecho desde la parroquia, las placas de bronce tenían un valor de mercado de unos 70 mil pesos solo por los materiales que posee (unos 18 kilos de bronce cada una). “Por lo artístico está el doble pero para nosotros tiene otro tipo de valor más sentimental, pertenece a un patrimonio de la parroquia y la ciudad por lo que recuperarla fue algo muy bueno”, concluyó.