Una joven rosarina es la heroína de una historia del otro lado del océano. Se trata de Macarena, quien es guardavidas en Palma de Mallorca y ayer le salvó la vida a un niño que se había ahogado en el mar. De acuerdo a lo que informaron desde el Instituto Balear de Emergencias (Ibe), la mujer no dudó en arrojarse al agua, incluso lo revivió cuando el chico se desmayó.

La Policía de la localidad española informó sobre el rescate que estuvo a cargo de Macarena, una rosarina de 25 años, kayakista, que está radicada en España y se desempeña como socorrista en la playa. La chica ya había terminado su jornada laboral cuando decidió quedarse en la playa a jugar al voley, pasión que desarrolla en Rosario en el Club Náutico Sportivo Avellaneda, cuando advirtió la presencia de una criatura en el agua.

De acuerdo a lo que publicó el Ibe, la playa tenía bandera amarilla y roja en la corriente balizada. “Dejamos las banderas en la orilla clavadas como aviso a los bañistas”, destacaron.

“A pesar de no estar de servicio, los socorristas no podemos evitar permanecer atentos si estamos en entornos acuáticos, esa actitud hizo que Macarena viese a un niño cerca de la línea de boyas (a unos 200 metros de la orilla), atenta a su forma de actuar, tuvo claro que se estaba ahogando.

A pesar de la mala mar y de no disponer de material de rescate, Maca se lanzó a buscarle.

Cuando llegó hasta él, el niño agotado por el esfuerzo se desmayó. Nuestra socorrista, con buen criterio, viendo que el mar estaba muy complicado y que no podría llegar remolcando al peque, nadó hasta la boya y allí trató de recuperarlo mientras esperaba que llegase ayuda.

Tras unos minutos el niño recuperó la conciencia, le pidió que lo abrazase y le preguntó si estaban vivos y si iban a morir allí.

Macarena lo mantuvo abrazado a ella y fue tranquilizándole. Un cuarto de hora después llegó la lancha del práctico del puerto.

Lamentablemente las condiciones del mar eran muy complicadas y no pudieron subirles a la embarcación.

Le lanzaron un aro salvavidas a Macarena y le indicaron que debía volver a la orilla remolcando al niño.

En un esfuerzo titánico, imaginad como estaba el mar si ni siquiera les pudieron subir a la lancha, Macarena consiguió llegar a la orilla con el niño que ya en tierra se abrazaba a ella, no quería separarse y le preguntaba si podría volver a verla.

Afortunadamente Maca es nadadora en aguas abiertas, de otro modo, no hubiese llegado a tierra”.