Argentina se acerca a las 80 mil muertes por coronavirus a más de un año de la pandemia, mientras que este jueves, la provincia de Córdoba superó los 4 mil fallecimientos. De acuerdo a los datos nacionales, la tasa de letalidad (cantidad de muertes en relación a la cantidad de personas contagiadas) es menor en relación al 2020. Un medio local, difundió imáganes espeluznantes del trabajo que realizan en el cementerio con los fallecidos de coronavirus. Y hablaron con la directora de la necrópolis, que suplicó: "Deseo no tener que abrir más tumbas y que esto pase rápido". 

Se trata del Cementerio San Vicente, ubicado al este de Córdoba capital
, que si bien comenzó a prepararse a principios del 2020 para el peor escenario al ver lo que sucedía en otros países del mundo, no esperaban vivir esta situación. Ante este grave panorama, el gobernador de Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti ya anunció que adoptará medidas restrictivas mucho más duras a partir de la semana que viene. 

Los trabajos en el cementerio San Vicente



Las impresionantes imágenes son similares a las que se veían al comienzo de la pandemia en Nueva York cuando se mostrába como realizaban grandes fosas comunes para enterrar a los muertos por covid-19.

Mientras que en nuestro país, solo está permitida la inhumación en tierra y las cremaciones, no en nichos ni panteones, respetando las medidas de bioseguridad correspondientes. Actualmente, fueron ocupadas 200 de las 1.000 fosas cavadas en el cementerio, ya que el 70% de los cuerpos que llegaron fueron cremados, afimó eldoce.tv.



La directora Claudia Romero detalló al medio que para las ceremonias de despedida solo permiten el ingreso de entre 6 y 10 familiares de la víctima y se ubican a 20 metros desde donde están cavando la fosa individual. Una vez finalizado el procedimiento, pueden acercarse a la tumba y estar el tiempo que deseen.

Las fosas en el cementerio San Vicente de Córdoba



Los trabajadores deben contar con todos los insumos de bioseguridad para evitar contagios, desde el mameluco blanco, máscaras, tapabocas, botas y hasta guantes. Cada vez que llega un féretro, deben sanitizarlo con lavandina.

"Nos manejamos como si estuvieramos adentro de una terapia", reconoció Romero. "Deseo no tener que abrir más tumbas y que esto pase rápido. Es un momento muy triste para la humanidad, darse cuenta lo chiquito que somos", reflexionó.