Los ancianos y ancianas del geriátrico de España al 1500 de Rosario, podrán sentirse más acompañados y contenidos a partir de ahora. Es que por primera vez se implementa en nuestra ciudad el sistema de abrazos presenciales pero sin contacto, de familiares hacia pacientes de la tercera edad. Es en el marco de las medidas de prevención contra el coronavirus, que afecta de manera más drástica a los adultos mayores. Este martes fue la oportunidad de Nilda, de 93 años, de reencontrarse con su hija después de tres meses. 

Se trata de una especie de mangas de material plástico, en los cuales los familiares que están en el exterior introducen sus brazos y pueden abrazar a los abuelos y abuelas que están en el interior, sin contacto piel a piel como prevención contra el coronavirus.

Ruben, director de Centro Bio Club para la Tercera Edad, de España 1518, comentó que inauguran “el sistema de saludos presenciales pero sin contacto de familiares con pacientes de la tercera edad que están en residencia”.

Y confirmó que “es la primera vez que lo tenemos aquí en Rosario”, y agregó que “ya se habían visto en Europa y en Buenos Aires”.

El responsable del geriátrico rosarino destacó que antes de la inauguración debieron presentar el correspondiente protocolo al ministerio de Salud de Santa Fe: “Lo propusimos a la auditoría médica de la provincia y fue aceptado”, dijo.

"El mejor regalo"

Nilda tiene 93 años y el próximo lunes 29 cumple 94. Este martes por la tarde, les pidió a sus cuidadoras que la vistan con un pulóver colorido y que le pongan su collar de perlas. Estaba ansiosa y emocionada como nunca, porque después de casi tres meses iba a poder reencontrarse con su hija María Angelina. 

"La verdad que fue una emoción muy grande después de casi tres meses de no poder verla personalmente, solo por videollamada", contó la mujer, luego de abrazar a su mamá con el sistema que implementó la casa de la tercera edad del centro rosarino. 

El emotivo momento del esperado abrazo. (Alan Monzón/Rosario3)

"El lunes cumple 94 años y me dijo que este fue el mejor regalo que podía recibir", confió la hija de Nilda en el programa La primera de la tarde (Radio 2). 

La visita duró media hora y se pueden realizar dos por día, según el protocolo del establecimiento: "No me quería dejar ir, me tenía agarrada de la campera y no me soltaba", relató María Angelina sobre el emotivo reencuentro con su mamá. 

Nilda, de casi 94 años, no quería soltar a su hija. (Alan Monzón/Rosario3)