La quinta jornada del segundo juicio por la muerte de Lucía Pérez, tiene lugar en el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Mar del Plata. Allí se intenta determinar qué pasó aquel 8 de octubre de 2016 con la joven y qué responsabilidad tienen Matías Farías y Juan Pablo Offidani. Mientras tanto, en la esquina de Brown y Tucumán, un grupo de personas colgaron banderas con los ojos de Lucía, tocaron música, llevaron flores y pronunciaron sentidas palabras porque este martes la marplatense cumpliría 23 años y con distintas propuestas artísticas apelarán a la memoria colectiva hasta las 15. 

Desde muy temprano empezaron a llegar artistas, representantes políticos, militantes por los derechos humanos, integrantes de organizaciones sociales y algunos medios para acompañar a la familia de Lucía Pérez en un día muy especial: dentro de los tribunales se reanudaba el debate sobre su femicidio, afuera el arte intentará apaciguar el dolor en el día de su cumpleaños. 

Marta Montero y Guillermo Pérez pidieron reiteradas veces que cada 14 de febrero el país recuerde a su hija, y este año no fue la excepción. En un intervalo de la jornada, Montero aseguró: “Nosotros no somos el enemigo, solo venimos a pedir y saber quién mató a Lucía. Queremos salir adelante, solamente eso”. 

Los presentes se emocionaron hasta las lágrimas al ver la entereza de la mamá de Lucía y luego de los aplausos cantaron el feliz cumpleaños. Mientras tanto, en una pequeña sala, más testigos declaraban. 

Este martes el turno de una vecina que vio cómo los sospechosos sacaban el cuerpo de la casa, los propietarios de la vivienda que alquilaba Farías y una médica de identidad reservada. Pero además, el titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°7, Leandro Arévalo, pidió un reconocimiento judicial en el domicilio donde se produjo la muerte de la joven, hace más de seis años. El mismo se llevará adelante el próximo miércoles. 

Por qué es tan importante la perspectiva de género 

El primer día del segundo juicio por el femicidio de Lucía comenzó con un objetivo claro: que transcurra bajo la perspectiva de género para que no exista posibilidad de que se repita la sentencia anterior donde a los acusados se los condenó únicamente por venta de drogas. 

La familia de la joven fue la primera en declarar, mientras que Matías Farías y Juan Pablo Offidani siguieron la audiencia vía virtual. Con una foto de su hija en sus manos, Marta dijo: “Cuando me fui la despedí, le di un beso y le dije, 'te quiero mucho'. Le di 100 pesos que me había pedido. Me dijo: 'yo también te quiero mucho'. Es el último contacto de amor, de madre que tuve con ella”.

Se acordó de cada detalle, al igual que su marido y su hijo. Y a la salida declararon a la prensa que por errores de la Justicia ellos deben volver a vivir una y otra vez el 8 de octubre de 2017. Y que la defensa acudió a preguntar sobre la vida privada de la joven. 

Peritos y testigos debaten frente a la familia la posibilidad del abuso, si el cuerpo de Lucía estaba mojado, si consumió drogas porque quiso o porque la obligaron. ¿Hasta dónde se puede garantizar entonces la perspectiva de género? ¿Por qué los familiares de la víctima deben estar expuestos al dolor y los acusados tienen el derecho de no dar la cara, de seguir el juicio de manera virtual? ¿No fueron suficientes siete años de injusticia para cambiar la mirada sobre el caso? 

En las jornadas anteriores, se determinó que la joven de entonces 19 años murió de manera violenta por asfixia e insuficiencia cardíaca y que su situación era de vulnerabilidad absoluta. Entonces lo que queda de ahora en adelante es probar que fue femicidio y que la condena llegue a tiempo para los dos responsables.