Este jueves se conoció la noticia de la muerte del periodista del diario La Capital Maurico Maronna. El también escritor, que editó el último octubre Perro negro, su segundo libro, y que presentó el último martes, se descompensó en las últimas horas.

Melómano, lector, reconocido hincha de Newell's y activo tuitero era una voz respetada por sus columnas en el Decano. Tenía 57 años.

Además de su trabajo de 21 años como jefe de la Sección Política del citado diario, donde actualmente se desempeñaba como editorialista, Maronna trabajó en Radio 2 y el Tres.

Su fallecimiento marcó un momento de quiebre en el debate de candidatos a concejales que emitía el Tres.

La novedad causó conmoción y hasta lágrimas entre quienes, mientras discutían proyectos y plataformas se enteraron de que una de las voces más respetadas del periodismo político ya no estaba.

Maronna nació en Teodelina, localidad del sur de Santa Fe que dejó para venir a estudiar Derecho a Rosario.

Tras su paso por Radio 2 y el Tres, Maronna comenzó a trabajar en La Capital en 1993. Cinco años después, asumió como jefe de la Sección Política. Allí permaneció durante 21 años hasta que decidió continuar con sus columnas semanales en el rol de editorialista.

Siempre supe que iba a ser periodista, desde los 16 años, cuando trabajaba en la radio de circuito cerrado (conducía el programa Sábados Dinámicos). Estudié abogacía porque mi vieja, una de las cosas que me dijo, es que no estudie periodismo. Después me lo dijo Osvaldo Soriano y tenían razón. Hoy creo que el periodismo escrito es como una cancha de paddle que cada vez se achica más. Eso no quiere decir que lo que viene sea mejor. Pero bueno, todo se termina. Es así”, dijo a Rosario3 en una entrevista en la que la excusa era hablar de Perro negro, su último libro. Pero terminó en una charla de dos horas en las que la música y la literatura se llevaron buena aparte del tiempo.

En el libro publicado por el sello de la UNR y que Maronna presentó el último martes, el periodista hilvana de manera fragmentada imágenes, música, literatura, historias personales, aforismos, recortes de la política y el partidismo (como apuntes en primera persona), citas a Newell’s Old Boys, haikus, la melancolía por una Rosario que ya no es (la de "el candy en Panambí y el café en Sorocabana"), fumar y dejar de hacerlo, Reutemann, Menem, Lifschitz, Javkin, Perotti y la poesía que "lo es todo".

En sus últimos tuits –publicados en las primeras hora de este jueves–, Maronna cruzó dos de sus pasiones: la música y la política.