En junio del 2017, la noticia de la muerte de Karanbir Cheema conmovió al mundo entero. Ocurrió en la escuela William Perkin, en Greenford, mientras el joven jugaba con uno de sus compañeros a lanzarse comida. Lo que había comenzado como una travesura tuvo un desenlace fatal debido a su alergia al queso.

Karanbir Cheema padecía de una alergia severa a determinados alimentos, especialmente al queso. La causa de la reacción fue lo que caratuló al caso como "extraordinariamente inusual", según declaró en los tribunales Adam Fox, su pediatra.

Por otra parte, la médica forense Mary Hassel acusó a la escuela de no informar a los estudiantes sobre el peligro de las alergias. Según relató su madre para la BBC, el adolescente sufría de alergias al trigo, gluten, huevo, leche y nueces de árbol, pero nadie en William Perkin estaba al tanto de la situación. Mientras jugaba, un compañero le arrojó a Karanbir una rebanada de queso, que cayó sobre el cuello. Fue entonces cuando empezó a rascarse desesperadamente la piel.

"Se quitó la camisa, gritó y corrió por la habitación en pánico. No podía respirar", detalló Hassel, quien además aclaró que la acción de su amigo fue "infantil y sin pensar". Al respecto, Fox apuntó a la negligencia de la institución frente a estas cuestiones, sobre todo por no informar a los alumnos sobre el peligro de sus "alergias graves".

La forense agregó que la asistencia médica dentro de la escuela secundaria fue "inadecuada", por no contar con un plan de acción para asistir a los alérgicos. De hecho, en el momento del shock alérgico, el personal de la institución le inyectó EpiPen, un dispositivo que contiene epinefrina para tratar alergias mortales de emergencia.

Hassel comprobó que el EpiPen estaba vencido hacía un año. Remarcó que este fue uno de los factores que contribuyó a su muerte. Luego de diez días de agonía en el hospital Great Ormond Street, donde había sido trasladado de urgencia, falleció a causa del síndrome postparo cardíaco, según publicó Today.in.

La médica dijo que se dispone a preparar un informe destinado a prevenir futuras muertes para enviar a la escuela de Cheema, a los servicios de emergencia, a los departamentos gubernamentales y a los expertos.

"Pese a lo que le pasó a mi hijo, creo que esto ayudaría a muchos niños. Ojalá las escuelas, las instituciones, el hospital y los paramédicos se dieran cuenta de la gravedad de las alergias", dijo la madre de Karanbir, Rina Cheema, tras la investigación.

Por su parte, Alice Hudson, directora ejecutiva de Twyford Trust, que administra la Escuela William Perkin, dijo: "En mi opinión, hubo una muy buena conciencia general sobre sus alergias en relación con el pan y el queso", según publicó La Nación.