El déficit mundial de semiconductores continúa poniendo a los fabricantes de autos en una situación difícil de afrontar, como en el caso de Toyota, que recortará la producción mundial de vehículos en un 40% en septiembre. El fabricante de automóviles más grande del mundo había planeado fabricar casi 900.000 autos el próximo mes, pero ahora ese número cayó hasta los 540.000 vehículos.

Los Gobiernos de Estados Unidos, Alemania y Japón, que son los tres países con mayor producción de vehículos, están ejerciendo presión sobre los principales productores de semiconductores, como TSMC o Samsung, para solucionar la falta de microchips.

Volkswagen, el segundo mayor productor de automóviles del mundo, advirtió que también podría verse obligado a reducir aún más la producción. Los otros rivales de Toyota, incluidos General Motors, Ford, Nissan, Daimler, BMW y Renault, ya han reducido la producción ante la escasez mundial de chips.

La pandemia de coronavirus impulsó la demanda de electrodomésticos que usan chips, como teléfonos, televisores y consolas de juegos. Por su parte, los autos nuevos también incluyen docenas de microchips.

Diferentes fabricantes de la industria automotriz ya han reducido sus niveles de producción.

En el caso de Toyota, la empresa se benefició por haber construido un arsenal más grande de chips, también llamados semiconductores, como parte de una renovación de su plan de continuidad comercial, desarrollado a raíz del terremoto y tsunami que golpearon a Fukushima hace una década.

Pero la falta de estos componentes, cuyo suministro también se vio afectado por el resurgimiento de casos de coronavirus en Asia, obligó a la empresa a reducir la producción.

La empresa hará algunos recortes en agosto en sus plantas de Japón y en otros lugares. En tanto, la mayor parte de los recortes (360.000) se producirán en septiembre y afectarán a las fábricas de Asia y Estados Unidos.

El objetivo de Toyota, que en sus dos plantas ubicadas en Reino Unido continuará, por ahora, con las operaciones "según lo planeado", es compensar cualquier volumen perdido para fines de 2021.

El director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, vaticinó que lo peor de la crisis mundial de los chips aún esta por llegar.

Los problemas ocasionados por la falta de microchips comenzaron a surgir el año pasado, cuando Apple tuvo que escalonar el lanzamiento de sus iPhones, mientras que las últimas consolas Xbox y PlayStation no cumplieron con la demanda. Desde entonces, diferentes empresas tecnológicas han ido padeciendo los efectos.

El mes pasado, el director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, vaticinó que lo peor de la crisis mundial de los chips aún esta por llegar y que la escasez empeorará durante "la segunda mitad de este año", extendiéndose durante "uno o dos años" más antes de que los suministros vuelvan a la normalidad.

Gelsinger afirmó que la interrupción, causada por la enorme demanda de dispositivos, la pandemia y las malas relaciones entre Estados Unidos y China, ha creado "un abismo muy grande".

Justo después de que Toyota anunciase este viernes el recorte en la producción, sus acciones cayeron de forma inmediata un 4,4%, su mayor caída diaria desde diciembre de 2018.