Científicos de la Universidad de Bristol estuvieron investigando sobre la teoría de que los animales salvajes desarrollaron sus marcas en blanco y negro para evitar que los insectos los muerdan.

Estudios previos encontraron que a los tábanos no les gusta aterrizar en objetos rayados, pero no estaba claro qué aspectos los repelían. Ahora el equipo de la Universidad de Bristol investigó varias teorías, como si se trataba de la delgadez de las rayas o del contraste del blanco y el negro. Cubrieron a los caballos con telas de diferentes patrones, como cuadros, cuadros aleatorios, triángulo negro, triángulo blanco y gris y corteza. Luego filmaron tábanos entrantes.

El equipo descubrió que los tábanos se sienten atraídos por los objetos grandes y oscuros en su entorno , pero menos por los patrones oscuros rotos, como las rayas.

Descubrieron que las moscas preferían aterrizar en abrigos completamente grises, seguidos de abrigos con grandes triángulos negros colocados en diferentes posiciones, luego pequeños patrones de tablero de ajedrez sin ningún orden en particular.

En otro experimento, encontraron que las rayas contrastantes atraían pocas moscas, mientras que las rayas que eran similares entre sí eran más atractivas.

El profesor Tim Caro, que estuvo estudiando las rayas de cebra durante dos décadas, dijo: "Esto sugiere que cualquier animal con pezuñas que reduzca su contorno oscuro general contra el cielo se beneficiará en términos de reducción del ataque de ectoparásitos".

El equipo encontró poca evidencia que sugiriera teorías anteriores de que los patrones en blanco y negro creaban una "ilusión óptica" para las moscas.

El equipo ahora espera llevar a cabo estudios de seguimiento para comprender por qué la selección natural ha impulsado las rayas en las cebras, pero no en otros animales. También encontraron poca evidencia de otros problemas que probaron, a saber, la polarización o las ilusiones ópticas que confunden los aterrizajes precisos, como el llamado "efecto rueda de carro" o "efecto barbero".

Ahora el equipo quiere determinar por qué la selección natural impulsó los patrones de rayas en las cebras y otros animales.