Stan, un T. Rex de casi cuatro metros de alto y otros doce desde la cabeza hasta la última vértebra de la cola, arrasó en una subasta celebrada por Christie's en Nueva York, Estados Unidos, donde alcanzó un precio de 31,8 millones de dólares, quintuplicando su valor estimado. 

El dinosaurio, de nombre científico BHI 3033, pulverizó así los cálculos de los expertos, que habían valorado el T. Rex entre 6 y 8 millones de dólares, y también supera ampliamente el precio que se pagó en 1997 por Sue, considerado el ejemplar más grande y completo de este animal, que alcanzó los 8,36 millones de dólares. 

Las réplicas de Stan, repartidas por todo el planeta, fueron vistas por miles de aficionados a la paleontología y al mundo de los dinosaurios, y su subasta se alargó más de 15 minutos en una encarnizada batalla entre varios compradores, que desembocó en un precio de martillo de 27,5 millones de dólares, a los que se suman impuestos y tasas. 

"Es el mejor T. Rex que se pone a subasta desde 1996", explicó el director de Ciencia e Historia Natural de Christie's, James Hyslop. 

El esqueleto de este enorme depredador que vivió hace 67 millones de años se pudo contemplar desde el pasado 16 de septiembre y hasta el 21 de octubre en las oficinas neoyorquinas de la casa de subastas Christie's, a las que se puede acceder pidiendo cita previa, aunque también puede verse a pie de calle a través de la vitrina de su sede, entre las calles 48 y 49 en el centro de Manhattan. 

Stan, bautizado con ese nombre en honor a su descubridor, Stan Sacrison, un paleontólogo amateur que halló los huesos de su cadera en la región geológica de Hell Creek, en el estado de Dakota del Sur en 1987, fue ignorado en un primer momento al ser confundido con un Triceratops, "que aunque es un descubrimiento también emocionante, es un fósil que es bastante común encontrar" en dicha región, según publicó DW.com.

Tras un año de excavación y una breve estancia en Japón a donde se trasladó para una exposición, los 188 huesos originales de su robusto esqueleto, sustentados por una estructura de acero, han estado expuestos desde 1996 en el museo del Instituto Black Hills, en Dakota del Sur. Según Hyslop, se cree que un esqueleto completo de T. Rex podría estar compuesto por unas 300 piezas.