El caso del triple crimen de Florencio Varela, con claro sello narco, dio un giro explosivo tras la declaración de una de las acusadas. Celeste Magalí González Guerrero, una de los nueve detenidos en la causa, reveló un presunto móvil detrás de los asesinatos.

Según el escrito que reproduce este miércoles la agencia Noticias Argentinas, González Guerrero declaró que "dos de las víctimas le robaron 30 kilos de cocaína" a un narco boliviano llamado Lázaro Víctor Sotacuro.

La acusada indicó que Sotacuro estaba jerárquicamente "por encima" de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, en la red de venta de drogas.

El brutal asesinato con un destornillador

 

La declaración de Celeste Guerrero no solo apuntó al móvil del robo de drogas, sino que también detalló la brutalidad con la que se cometió uno de los crímenes. Según su relato, Miguel Ángel Villanueva "mató" a una de las jóvenes con un "destornillador" y luego "le aplastó la cara con un fierro".

La magnitud del robo de 30 kilos de cocaína sugiere una venganza ligada a las cúpulas del narcotráfico.

Acusación de "regenteo" y prostitución

 

Por otro lado, la investigación judicial incorporó la declaración de la madre de una de las víctimas, que reveló detalles sobre el entorno de las jóvenes. Sabrina Del Castillo, madre de Morena Verdi (20 años), declaró ante el fiscal Adrián Arribas y acusó a la hermana de Lara Gutiérrez de ser la “regenteadora” de las víctimas.

Del Castillo recordó que su hija y las otras dos víctimas, Lara Gutiérrez y Brenda Loreley Del Castillo, ejercían la prostitución en el barrio porteño de Flores. Además, relató que consumían "tussi" (cocaína rosa).

La madre rememoró la última vez que vio a su hija y las llamadas sin respuesta, lo que la llevó a radicar la denuncia por "averiguación de paradero". La testigo también reconoció que sufrió reiteradas amenazas, por lo que solicitó una consigna policial federal en su domicilio de La Matanza.