Lo podría considerarse un verdadero milagro ocurrió en un bebé que nació 4 meses antes y se recuperó. Russell William Appold llegó al mundo en Louisiana, Estados Unidos. Tenía que nacer a fines de septiembre, pero lo hizo el 22 de mayo.

Su condición de bebé “prematuro extremo” le daba sólo un 14% de sobrevivencia, según las estadísticas. Pero tras 133 días de permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), ya está en su casa. 

Entre tanta lucha también rompió un récord: es el bebé en edad gestacional más joven en salir de la UCIN del Hospital de Tulane Lakeside, dijo en un comunicado de prensa el hospital donde fue atendido.


Los padres Natasha Williams y Russell Appold sabían que ese viaje hacia la maternidad por tercera vez iba a ser difícil, dijo la mamá al programa Good Morning America. Ella había soportado tres pérdidas de embarazo antes de Russell, y al enterarse de que estaba embarazada de nuevo, “no quiso que todos se hicieran ilusiones”.

El embarazo de Natasha venía relativamente bien: los médicos le aseguraron que el bebé tenía “un fuerte latido”, pero a las 15 semanas de gestación, el cuello del útero de Natasha empezó a abrirse, así que tuvieron que practicarle una cirugía inmediata para prevenir el alumbramiento prematuro, según el reporte. Pero el 20 de mayo comenzó el trabajo de parto.

Los neonatólogos del UCIN del Hospital de Tulane Lakeside dijeron en el comunicado de prensa que discutieron con la madre la “información del estimador de resultados neonatales”, o sea los riesgos y posibilidades de sobrevivencia del prematuro. Ella decidió tenerlo.

El bebé Russell fue considerado un “nacimiento periviable” a las 22 semanas, lo que significa que estaba en riesgo de serias complicaciones de salud. La madre estuvo en proceso de parto durante dos días y hubo que practicarle resucitación en la sala de partos.

Russell Jr. nació con ictericia y sangre en su cerebro. El equipo médico le administró tubos de respiración, y el pequeño bebé se dirigió a la NICU para lo que resultaría ser una lucha de cuatro meses por su vida.

Tras 19 semanas internado, el 1 de octubre el bebé se fue a casa en medio de un sorprendente desfile por el pasillo: sentado en su mini carro real con una bonita corona de papel, parecía un adorable principito. Todo el equipo de salud del hospital que lo cuidó lo despidió con un pasillo.

A mediados de octubre, Russell ya pesaba 4 kilos. Su padre recuerda: “Era tan pequeño que cabía en mi mano, pero ahora es un bebé fornido”.